Un estudio realizado por Aptitus menciona que el 86% de las personas renuncia al trabajo por un clima laboral negativo y por malos jefes, según indicó Viviana Vélez, consultora asociada y coach profesional de LHH DBM Perú, quien además explicó que, según el formador Chris Croft, un jefe débil o difícil es alguien que no sabe delegar, o que no se ha dado cuenta de que el agradecimiento y el apoyo son más efectivos que la presión y las críticas, ya que ello puede repercutir mucho en la vida de las personas.
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“La gente renuncia a los malos jefes y se va en búsqueda de empresas donde puedan encontrar esa tranquilidad y el sentirse bien, respetados, escuchados y sobre todo donde puedan desenvolverse en un ambiente donde fluya y predomine la colaboración, empatía y el respeto mutuo”, señaló Vélez.
El perfil de los jefes difíciles suele ser:
- La agresividad
- Manipulación
- Egoísmo
- No saber escuchar
- Mala comunicación
- Falta de empatía
- Poca flexibilidad
- Pensar que siempre tienen la razón
- Llevarse los créditos por el trabajo de otros.
¿Qué podemos hacer si tenemos un jefe difícil?
La especialista brinda algunas recomendaciones:
- Lo primero es tener un acercamiento con el jefe para pedir puntos concretos, claros y definidos. En el caso de que nuestro jefe no tenga una buena comunicación, hay que solicitar una actualización de cinco minutos una vez a la semana. Preguntarle qué tal realizas tu trabajo y tomar su feedback para una mejora profesional, pedir actualizaciones regulares para saber si estamos haciendo bien o mal nuestro trabajo.
- Si bien buscamos sentirnos a gusto en el lugar de trabajo, y probablemente tengamos responsabilidades que no nos permitan renunciar, lo que podríamos hacer es pedir un cambio interno o estar atentos a convocatorias internas para postular a otra posición donde reportemos a otro jefe.
- Si nada de lo anterior funciona, hay que empezar a buscar ofertas laborales en otras empresas, hacer un listado de nuestras empresas objetivos para no ir a ciegas y realizar un seguimiento constante de las convocatorias a través de LinkedIn o de sus mismas páginas de empleo, y/o a través de nuestra red de contactos.
“Vivimos con ellos cinco días a la semana durante casi todo el día y nuestros ingresos dependen de ese trabajo donde nos sentimos sumamente incómodos. ¿Hasta qué punto es válido renunciar por un mal jefe? Es muy importante también darnos cuenta si la persona difícil es solamente el jefe o si tenemos algo de responsabilidad”, expresó.