PEDRO CANELO @jovennostalgicoDesde Belo Horizonte / Enviado especial a Brasil 2014
“Solo dos locos que quisieron pelearse en la puerta de salida y nada más”, ese es el reporte de un policía de Belo Horizonte a quien le consultamos sobre el desorden que podría ver en los alrededores del Mineirao después del 7-1 de Alemania sobre Brasil. Hasta el momento no hay reportes de desmanes ni de protestas violentas. Todo lo contrario, lo que se respira en esta ciudad mundialista es mucha resignación.
El público que salió del Mineirao lo hizo muy rápido. Una hora y media después del partido casi no quedaban personas por las calles de Pampulha, la zona donde queda el Mineirao. Por allí, solo quedaban hinchas alemanes que se agrupaban en los bares cercanos para celebrar esta histórica goleada.
Belo Horizonte y todo Brasil está en estado de shock. Hay pocos gritos y más hay curas de silencio. Se miran los rostros unos a otros, tratan de buscar explicaciones mirando al cielo. Pero un desborde violento de masas, al menos por ahora no hay. Todo está bien controlado por las fuerzas del orden.
Si tus abuelos te contaron lo que pasó en el Maracanazo y esa histeria colectiva que se generó por la derrota ante Uruguay, esta vez la historia fue distinta. Los hinchas locales acabaron aplaudiendo a la máquina germana. Quizá esa reacción civilizada del estadio, sea el reflejo de lo que pasará en los próximos días. Tristeza sí, violencia no. Ojalá esto no cambie.