Madrid (EFE).- El presidente de Honor del Real Madrid, Alfredo Di Stéfano, considerado uno de los mejores futbolistas de la historia, celebra hoy su 88 cumpleaños.
La 'Saeta rubia' nació el 4 de julio de 1926 en Buenos Aires (Argentina) y su relación con el club blanco comenzó en 1953 hasta 1964, en una de las etapas más gloriosas del madridismo.
Con 19 años debutó en la máxima categoría argentina con River Plate y con 21 se proclamó campeón y máximo goleador de liga. Una huelga general en el fútbol local le hizo emigrar a Colombia, donde triunfó con la camiseta de Millonarios (tres ligas, 1949, 51, 52; y una Copa de Colombia, 1953).
Di Stéfano se convirtió en el objeto del deseo de los dos grandes de España: Barcelona y Real Madrid.
Así, su fichaje por el Real Madrid, que se entusiasmó por él tras verle en 1952 cuando acudió con el Millonarios al Torneo Bodas de Oro del club blanco, estuvo precedido de una ardua disputa con el Barcelona.
Los derechos deportivos de Di Stéfano se los repartían el River y el Millonarios. Barcelona y Real Madrid negociaron su fichaje cada uno con un club distinto.
Tuvo que intervenir la Federación Española, que dictó un fallo que contemplaba que Di Stéfano debía jugar, de forma alternativa, dos temporadas en el Real Madrid y dos en el Barcelona. No estuvo conforme el club barcelonés -su presidente Enric Martí dimitió de su cargo en señal de protesta- y su comisión gestora renunció a los derechos sobre el jugador en favor de la entidad madrileña.
El club madridista, presidido por Santiago Bernabéu, tras pagar al Barcelona el dinero que había ya abonado al River y hacerse cargo de toda la cantidad restante del traspaso, se hizo con los derechos de un jugador que iba a cambiar su destino.
En la etapa madridista de Di Stéfano también hay lugar para la tristeza, afortunadamente resuelta satisfactoriamente. El 20 de agosto de 1963, cuando estaba en Caracas con el Real Madrid para la disputa de la Pequeña Copa del Mundo de Clubes, fue secuestrado por integrantes del Frente de Liberación Nacional de Venezuela, que se hicieron pasar por policías y le sacaron del hotel de concentración.
Era un acto de protesta contra el gobierno de Venezuela y, pasados tres días, dejaron en libertad a Di Stéfano.
“La Saeta” se fue del Real Madrid en 1964, con 38 años, tras la disputa de la perdida final de la Copa de Europa, dejando atrás 510 partidos oficiales (418 goles).
Su trayectoria en la entidad blanca estuvo repleta de éxitos. Dieciocho títulos en once temporadas le convirtieron en un ídolo del madridismo. Con él, la entidad blanca pudo sumar a su palmarés cinco Copas de Europa, una Intercontinental, ocho Ligas, una Copa de España y dos Copas Latinas. Además, ganó dos Balones de Oro (1957 y 1959) que le consagraron como el mejor futbolista del mundo del momento.
Fichó por el RCD Español, donde jugó hasta 1966, y se retiró.
Di Stéfano, nacionalizado español, vistió la camiseta de la selección en 31 partidos y marcó un total de 23 goles, aunque no pudo disputar ninguna fase final de un Mundial.
Volvió al Real Madrid como entrenador en 1982, tras dirigir al Elche (1967), Boca Juniors (1968), Rayo Vallecano (1975), Castellón (1976), River Plate (1981) y Valencia (1970-74, 79-80, 86-88).
Logró con el Valencia la liga (1981) y la Recopa de Europa (1980); con el Real Madrid la Supercopa de España (1991); con el Boca y con el River un campeonato nacional.
Aunque no tuvo muchos éxitos como entrenador madridista, sí abrió camino a una generación de jugadores que posteriormente marcarían una época en el club: Butragueño, Sanchís, Martín Vázquez y Pardeza.
En 1989 la revista deportiva France Football premió su brillante trayectoria con el Súper Balón de Oro. Es el único jugador del mundo que lo tiene. Este trofeo se puede contemplar en el Museo del Real Madrid.
En 2000, la junta directiva del Real Madrid, bajo la presidencia de Florentino Pérez, le nombró presidente de Honor.
En reconocimiento a su importancia en la historia del club, el estadio de la Ciudad Deportiva del Real Madrid, donde el Castilla disputa sus partidos, lleva su nombre.
Las últimas declaraciones públicas de Di Stéfano, recogidas por la página web del club, fueron premonitorias cuando el pasado 23 de mayo en vísperas de la final de la liga de Campeones mostró su confianza en que el equipo ganaría la décima Copa de Europa.
“El apoyo va a ser importante. En nuestra época no había estos estadios tan grandes. Espero que gane la Décima nuestro equipo. Los muchachos se van a traer la Copa”, sentenció la 'Saeta rubia'.