Antoine Griezmann llegó al Barcelona esta temporada envuelto de incertidumbre. Muchos no tenían claro cuál sería la bienvenida del vestuario. Recordemos que el verano pasado, Josep María Bartomeu intentó convencerlo pero las palabras de Diego Simeone y Godín pudieron más. Esto molestó a más de uno en el cuadro azulgrana. No podían aceptar el rechazo.
Los rumores aumentaron luego que tras su llegada se note una lenta conexión con los jugadores. Las primeras semanas se unió al grupo de los franceses. Samuel Umtiti, Ousmane Dembélé, Clement Lenglet y Jean Clair Todibio se convirtieron en su zona de confort.
Sobre Lionel Messi explicaba: “Al final no es una persona que habla mucho... Yo tampoco, así que es difícil que nos hablemos ¿no? Pero ya le he cebado algún mate así que estamos por la buena dirección”,
Sin embargo, los días fueron pasando, llegaron los goles y la relación se fue consolidando. El discurso de Griezmann cambió a: “Luis, Leo y yo, nos conocemos, ya cenamos juntos y nuestra relación solo puede progresar con el tiempo. Es obvio que lo que puede suceder en el césped solo puede ayudarnos a sentirnos cómodos cuando jugamos".
La evolución de Antoine es notoria. Se podría decir, incluso, son “cómplices”. Erika Choperena, esposa de Griezmann, publicó este miércoles en sus redes sociales la foto de unos buñuelos de banana, identificando a los asistentes al ágape: Antoine, Luis Suárez, Sofía Balbi, Lionel Messi y Antonela Roccuzzo.
El ‘Principito’ parece ir encaminado su carrera en el Barcelona. Tener de respaldo, tanto dentro del campo como fuera, a Messi y Suárez le aseguran un lugar. Los goles llegarán y se consolidará.