“Dejé el fútbol y de un día para otro no podía caminar más”. Quién lo diría. Aquellos robles que disparaban misiles imparables para los guardametas no resistían más. La historia contada por Gabriel Batistuta (1 de febrero de 1969) conmocionó al mundo. El ex delantero de Boca, Fiorentina y la Roma confesó en agosto del 2014 que él mismo quería cortarse las piernas por el intolerable dolor que empezó a sentir cuando se retiró con 36 años del fútbol.
“A los dos días no podía caminar, no al mes. Me oriné en la cama, teniendo el baño a tres metros, porque no me quería levantar. Eran las cuatro de la mañana y pensaba lo que me iba a doler el tobillo si me paraba. Me fui a ver al doctor Avanzi y le dije: ‘Cortáme las piernas’. Me miró y me contestó que estaba loco. Yo insistía, no podía más, vivía malhumorado. No puedo contar el dolor, es imposible transmitírselo a la gente”, dijo en declaraciones a “TyC Sports”.
La confesión de ‘Batigol’ sorprendió a quienes lo vimos torturar las redes rivales en el fútbol italiano una y otra vez. De hecho, comprendimos aún más el sufrimiento que alguna vez padeció cuando aseguró que quería reemplazar sus piernas por prótesis, como las que tiene el atleta sudafricano Oscar Pistorius, acusado de asesinar a su novia. “Lo vi y dije: ‘Esa es mi solución’”.
¿Cuál es el problema de Batistuta? Según el ex futbolista de 46 años, no tiene cartílagos ni tendones. “Mis 86 kilos están apoyados sobre los huesos. Y el hueso contra hueso me genera dolo”, aseveró el máximo goleador en la historia de la selección argentina con 56 tantos. Pero, ¿de qué se trata esta enfermedad?
Deporte Total consultó al médico Jorge Luis López Del Aguila acerca del problema de Batistuta y explicó con detalles de qué se trata. “Cuando estos se pierden los cartílagos articulares, los huesos chocan entre sí y se forman engrosamientos óseos llamados espolones, que causan dolor intenso al movilizarse y también rigidez de la articulación”, dijo.
En el 2012, Batistuta contó por primera vez a la revista “France Football” que sentía mucho dolor en las rodillas tras su retiro en 2005. ¿La causa? “Me infiltré mucho, pero siempre jugué. En una temporada de 70 partidos, por ejemplo, estuve en 65. Y siempre di lo máximo de mí en la cancha”, aseguró, aludiendo que su personalidad le impedía quedarse sentado en la banca de suplentes.
Precisamente sobre las infiltraciones con corticoides, López Del Aguila advierte que estas “a la larga terminan lesionando los tendones”. Otros factores que influyen en la enfermedad que padece el ex futbolista son la edad, herencia, peso, lesiones e infecciones locales. “Lamentablemente esto empeora con el tiempo y no hay tratamientos 100% efectivos; por lo tanto, hay que llevar un tratamiento de por vida. Estos van desde los cambios de estilos de vida hasta cirugías de artroscopia y reemplazo de articulación”, dijo.