La derrota en el Monumental por 2 a 0 le complicó el escenario a Boca para este martes. Nada hubiera sido lo mismo si ese mano a mano de Nicolás Capaldo se convertía en el transitorio 1 a 1. Tampoco si Matías Suárez estiraba la ventaja con ese remate que sacó Esteban Andrada sobre el final. El gol de visitante suma y mucho en los mano a mano de la Copa Libertadores. Y precisamente de eso deberá cuidarse el conjunto de Alfaro ante River en la Bombonera.
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El contexto, complejo, obliga al Xeneize a revisar la historia. A ver cuántas veces estuvo en esta situación incómoda, y en cuáles logró salir airoso. La ecuación es muy simple: Boca será finalista haciendo tres goles más que River. Y quedará eliminado si pierde, si empata o incluso si gana por uno o dos goles de diferencia, a excepción del 2-0, que llevará la definición a una dramática tanda de penales.
Hasta el momento, de las once series de Copa Libertadores en las que Boca perdió el partido de ida, apenas en cuatro logró derrotar a su rival. Con un dato más que interesante: todas las veces que sorteó un escenario complejo, luego se coronó campeón de América.
La historia épica comienza en los cuartos de final de la edición de 1991. En tiempos donde no existía la ventaja de marcar un gol de visitante, Flamengo había vencido 2 a 1 en el Maracaná. Una Bombonera repleta fue testigo de un triunfo inolvidable. El 3 a 0 (dos goles de Diego Latorre y uno de Gabriel Batistuta) selló el pase a las semifinales.
Nueve años después se vivió una situación idéntica, tal vez similar a lo que ocurre hoy. Por los cuartos de final, Boca había caído 2 a 1 con River en el Monumental, pero de local lo dio vuelta y goleó 3 a 0, la famosa noche del gol de Martín Palermo bautizado como “el muletazo”. Los otros fueron convertidos por Marcelo Delgado y Juan Román Riquelme, de penal.
En los octavos de la Libertadores 2003 también hubo remontada ‘xeneize’, aunque el contexto fue diferente. Paysandú había sorprendido en la Bombonera (1-0, gol de Pedro Iarley, luego comprado por el club de la Ribera), pero en la revancha, en Belem, el conjunto dirigido por Carlos Bianchi sacó a relucir su chapa copera, ganó 4-2 (tres goles del Mellizo Guillermo Barros Schelotto y el otro de Delgado) e inició una racha de siete victorias seguidas para conquistar América.
Ya con Miguel Angel Russo, en las semifinales 2007 Boca también tuvo una parada complicada frente a Cúcuta. El conjunto colombiano había ganado 3 a 1 de local, pero una semana después, y en medio de un insólito banco de niebla que impidió que se desarrollara de forma normal el partido, el xeneize goleó 3 a 0 y avanzó a la final. Los goles: Riquelme, Palermo y Sebastián Battaglia.
(GDA: La Nación de Argentina)