La clasificación a la Euro 2016 ha empezado con esa mezcla de alta competencia y ‘bullying’ tan propia de la UEFA: un Polonia vs Alemania (2-0 para los eslavos) se puede jugar en paralelo a un Irlanda vs Gibraltar.
Vale notar que el miembro 54 de la confederación europea encajó 7 goles en Dublín; a su favor se podrá decir que en el peñón viven menos de 30 mil personas y solo tienen un campo de fútbol. La emoción inherente a los partidos competitivos se atenúa, así, con la gigantesca disparidad. Pero ya es posible marcar las tendencias que se insinúan.
ALEMANIA. El campeón del mundo ha iniciado un suave proceso de renovación luego de los retiros de Mertesacker y Lahm. Rüdiger, Kruse, Durm, Bellarabi y Draxler son los llamados a reforzar una selección cuya misión principal es no perder ambición y mantener el estilo implantado por Löw: posesión, transiciones rápidas y contundencia. En Varsovia sólo falló lo último, pero puede evaluarse este traspié más como un accidente que como un punto de quiebre. Los germanos deberían llegar a Francia con la base intacta: Neuer-Boateng-Schweinsteiger-Muller. Son favoritos.
ESPAÑA. La crisis hispana es más acentuada y, simbólicamente, se concentra en su capitán, Casillas. El portero se ve cuestionado por primera vez en club y selección y, por tanto, encarna las debilidades de un proyecto cuestionado luego del periplo brasileño. Del Bosque busca aire en De Gea, titular ante Luxemburgo ayer, con la idea de que sea el refresco que necesita un equipo tan acostumbrado al éxito que no ha podido reinventarse. Pero esa ha sido una prueba pobre que deberá ser ratificada ante escuadras de más fuste, como la ucraniana, donde la apuesta por el 9 de área, Diego Costa, deberá rendir frutos o sucumbir. Mientras, las figuras de Xavi y Xavi Alonso, en el retiro, crecen a niveles míticos.
HOLANDA. Luego de la salida de Van Gaal y el regreso de Hiddink, la Naranja Mecánica sufrió dos derrotas seguidas: ante Italia, en amistoso, y contra República Checa, en partido válido para clasificar a la Euro. El triunfo ante Kazajistán, más sufrido de lo que indica el marcador, fue un recordatorio de que a pesar de contar con una de las plantillas más atractivas del fútbol mundial, su funcionamiento colectivo dista mucho de ser total o convincente. Las dudas están en los laterales (¿Janmat?) y en la posición de Blind, un comodín pero también un acertijo. Turquía será un escollo que dará más y mejores luces.
FRANCIA. Luego del golpe que significó el retiro prematuro de Ribéry, los galos deberán hacer la siempre sufrida preparación alterna de los anfitriones a través de amistosos. Ante Portugal quedaron felices: Mandanda impresionó como sustituto de Lloris; Griezmann desbordó por la izquierda justificando su fama de talento emergente; mientras que Pogba lució consolidado como mixto con el apoyo de Matuidi. Sin embargo, hay algo de inacabado en el juego francés que tiene que ver con la apuesta de Deschamps por el fútbol atlético, físico, que depende mucho de la emoción y el carácter. ¿Bastará para obtener su tercer título?
INGLATERRA. Otro equipo en recambio, que busca cambiar el tradicional 4-4-2 por un atrevido 4-3-3 con Wilshire, Henderson y Delph al medio y Sterling, Rooney y Welbeck al ataque. Hodgson es valiente, privilegia el buen pie y tiene vocación ofensiva pero, más allá de los nombres, la selección inglesa está hace mucho acostumbrada a decepcionar.
ITALIA. Tiene un grupo durísimo con Croacia, Noruega y Bulgaria, pero clasificará sin problemas. El punto es hasta cuándo podrá estirar a Buffon y Pirlo como titulares, cuando es obvio que, tarde o temprano, dichas leyendas deberán dar lugar a Perin, Verratti, Immobile y Pellè. La ausencia de Balotelli, curiosamente, otorga una sensación de estabilidad que el técnico Antonio Conte deberá aprovechar.