“Zadoc el sacerdote”. Así se llama la pieza de Haendel que, varios siglos después, se tocaría en la previa de cada partido de la Liga de Campeones de Europa. La composición original y no la pegajosa “The chaaaaampions” que preludia todos los juegos del torneo, era en realidad una especie de tributo al eclesiástico Zadoc, quien ayudó a ungir a Salomón como monarca de Israel. Es, entonces, desde 1992 que el fútbol empieza a asociarse con una melodía distintiva en el Viejo Continente.
De todas formas, no ha sido adrede que la adaptación de este himno se haya inspirado en el rey Salomón, el más justo de los gobernantes, cuando ya todos sabemos que, en el fútbol, precisamente, la justicia huelga. Transcurridas estas primeras cinco fechas de la competencia, queda claro que el juego y el pragmatismo del resultado no siempre concurren en la misma dirección.
En el grupo A, dos de los equipos más tácticos del planeta como son el Atlético del Madrid y el Borussia Dortmund ya alcanzaron su clasificación. En ambos casos, el respaldo de la dirigencia ha apuntalado el crecimiento de las instituciones: los colchoneros, sosteniendo el trabajo de hormiga de Simeone; y los alemanes, apostando por comandos técnicos eficaces que se subordinan a la política deportiva del club. Ya habían acertado con Klopp y con Tuchel y ahora regresaron al éxito con el suizo Favren. Con el helvético, el Dortmund lidera la Bundesliga y pelea en la arena internacional.
Por su parte, el Barcelona ha hecho fácil lo difícil en su serie. Aun con Messi ausente en un par de partidos, los culés han resuelto su pasaje en un grupo exigente. El segundo cupo tiene al Inter como favorito, ya que decidirá su pase en casa, frente al PSV, mientras que el Tottenham, que dirige Pochettino pero lidera Kane, visitará a los catalanes en el Camp Nou en la última fecha. Es curioso el caso del elenco de Eindhoven: tiene puntaje perfecto en sus trece partidos de Liga, pero en la Champions apenas lleva un punto.
En el grupo C, las semillas de Sarri todavía siguen germinando. Los napolitanos, con un plantel menos opulento, y ahora bajo la dirección técnica de Ancelotti, dependen de sí mismos para “colarse” en la siguiente etapa. Es claro que para ello deberán, por lo menos, igualar en Anfield contra el Liverpool vice-campeón del torneo, que tiene dos puntos menos. El millonario PSG, entre tanto, urge de una victoria en Belgrado ante el Estrella Roja para avanzar. Mbappé, Neymar y Cavani tienen, curiosamente, la palabra “en sus pies”.
En el grupo D, el Porto solo ha concedido un empate en sus cinco partidos. Y al igual que en la Liga portuguesa, gobierna tranquila su serie. Los lusos, junto al Schalke, dejaron en el camino al Lokomotiv (de la ‘Foquita’) y al Galatasaray.
Experiencia, juventud e historia han prevalecido en el grupo E. El Bayern de Múnich y sus viejos cracks, así como el Ajax de Holanda y sus jóvenes, han sido muy superiores al Benfica y al AEK griego. Entre bávaros y tulipanes acumulan nueve Orejonas.
En el grupo F, el City, uno de los candidatos a levantar la Copa, ha agonizado con el Lyon contra el que sucumbió en Manchester y estuvo a punto de volver a perder al pie de los Alpes franceses. La máquina de Guardiola y los galos ya están en octavos.
Para el Real Madrid, la Champions es una fiesta y luce sus mejores galas en estas lides. Junto a la Roma no han encontrado mayor oposición en el CSKA y el Viktoria Pilsen para avanzar en el torneo. Los números de los actuales tricampeones no son malos, pero les falta el juego y, lo peor, extrañan a Cristiano.
En el grupo H, la Juventus y el Manchester United se han dado un banquete con el Valencia y con el Young Boys. Ronaldo mostró un estado físico y técnico estupendo. Su sueño, por supuesto, es repetir vistiendo de bianconero lo que conquistó con los merengues. Mourinho, por su parte, quisiera revertir la pálida imagen del último tiempo.
La Champions League tiene su música. Qué duda cabe.