Por Kenyi Peña AndradeGianluigi Buffon luce más serio que de costumbre. El arquero mira con cara de desconcierto a Chiellini en el primer gol del Real Madrid, como observando al culpable de haber vuelto una pesadilla el sueño de levantar su primera Champions League. Pero no, el arquero va en busca del balón, sabe que como capitán no puede hacer público su enojo, por eso mastica la bronca y se traga el nudo en la garganta. Su experiencia le dice al oído que todo será mucho más difícil en los 60 minutos que quedan por jugarse, el resto de la película es conocida.
Ahora, parte de la prensa e hinchas, se ampararán en ese viejo discurso que coquetea con lo simplón y mediocre, ese que dicta que si el guardameta no ganó una Champions League, no podrá ser reconocido como el mejor arquero de todos los tiempos. Patrañas y más patrañas. Buffon es grande porque debutó tan solo a los 17 años con el Parma, y recibió solo 7 goles en 21 partidos en la Serie A. El arquero entrará en la historia del fútbol mundial porque fue el gran referente en los 17 títulos ganados por la Juventus. Pero no se confunda, se fajó, y puso el pecho a las balas cuando el conjunto turinés pisó fondo en la segunda división y devolvió a su 'Vecchia Signora' querida a lo más alto del continente europeo. Porque cuatro goles en una final no significan nada al costado del Mundial de Alemania 2006, ese que consiguió Italia, con 'Gigi siendo una verdadera muralla bajo los tres palos. Vamos Gianluigi, que motivaste a este periodista a que alguna vez se haya puesto los guantes en algún partido de barrio. Luego el mismo periodista se dio cuenta lo complejo del puesto de arquero, quizá el más injusto de todos. Un error te convierte en el villano, así le hayas salvado la vida a 10 hombres en múltiples oportunidades, pero de eso Buffon sabe poco, casi nunca se equivocó.A los 39 años, Buffon se ha mofado de la juventud de Neuer, la elasticidad de Keylor Navas y el 1.99 cm de Courtois. Se ha burlado porque sigue siendo el mejor en su puesto y si nace el debate, igual el italiano estará entre los candidatos a elegir, eso sí no admite duda. Hablando más con sus defensores, que con la prensa. Buscando estar siempre bien colocado en el arco, y no ante la cámara. Ese es Buffon, un verdadero capitán, un ejemplo de líder. Se le fue la última oportunidad de llenar el espacio en su vitrina que quizá siempre quedará vacío, pues estaba separado para una Orejona. Sin embargo, llenó el corazón de varios adultos, que de niños crecieron desayunando los fines de semana acompañados por sus atajadas. Las leyendas no se definen por ganar un título de renombre, sino por dejar un precedente. Y hoy, que el retiro cada vez está más cerca, el legado de Gianluigi Buffon está listo y preparado para ser entregado. Los aplausos se los llevó el Madrid en Cardiff, porque el fútbol no siempre te da lo que mereces y punto. Lo de Buffon es una historia aislada, de esas heroicas, que deberá ser contada a los niños en los próximos años antes de que se vayan a dormir.