El futbolista sueco Zlatan Ibrahimovic celebró ayer su regreso al AC Milan con 38 años, en medio del mal momento por el que atraviesa el club en la Serie A de Italia. Es así que en una entrevista para el canal ‘rossonero’, el jugador contó cómo fue que se gestó su regreso a San Siro, en una operación que también ‘involucró’ a su esposa.
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“En las últimas dos o tres semanas he hablado más con Boban y Maldini (directivos del AC Milan) que con mi mujer, pero todo ha ido bien, por eso estoy aquí”, confesó el delantero sueco ante cámaras, al ser cuestionado por su arribo al club tras haber jugado anteriormente en Los Angeles Galaxy de la MLS (Major League Soccer) de Estados Unidos.
Ibrahimovic, además, explicó que los contactos con el conjunto “rossonero” se intensificaron tras el desastre con el Atalanta antes de Navidad: Milan cayó por 5-0 en Bérgamo. Pero eso sí, Zlatan dejó bastante claro que su decisión “no fue difícil”, pues esta representa “una última descarga de adrenalina para dar el máximo” en el final de su carrera.
Nueva dorsal y nuevos retos de Zlatan en su vuelta
Ibrahimovic vestirá el número 21, elegido por su hijo de entre los dorsales disponibles, y afirmó que está “preparado” para jugar inmediatamente, e incluso bromeó con la posibilidad de hacerlo en el amistoso de hoy contra la Solbiasommese: “Estoy listo y echo de menos tocar el balón”, dijo el sueco.
El delantero se mostró entusiasmado por su regreso a la Serie A y destacó la posibilidad de medirse a la estrella del Juventus de Turín, Cristiano Ronaldo. Entre otras cosas, sobre la posibilidad de seguir vistiendo el rojo y negro una vez expire su contrato de seis meses, señaló que todo dependerá de los resultados que logre.
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