Por: Marco QuilcaLo que era un partido soñado para todo amante del fútbol, terminó siendo una pesadilla que ya nadie quiere vivir. La final de la Copa Libertadores, disputada por dos clubes con una rivalidad histórica de más de cien años como River Plate y Boca Juniors, parece tener una suerte de maldición que no permite realizarse. Primero fue culpa de la naturaleza y luego de un grupo de desnaturalizados que atacaron el bus del equipo rival.
A pesar de haberse programado para ayer (3 p.m. hora peruana) tras un pacto entre los presidentes de ambos clubes, la Conmebol volvió a postergar el partido que define al campeón de América. Una buena decisión que no se tomó en el momento justo. Puesto que, el anuncio del máximo organismo del fútbol sudamericano llegó luego de que centenares de hinchas se acomodaban en las gradas del Monumental para vivir, ahora sí, la final.
“Es una vergüenza la imagen que hemos mandado al mundo. Hoy nos encontramos en una situación en que tenemos que analizar la desigualdad deportiva. Hago la invitación a los presidentes finalistas a la oficina de la Conmebol (Paraguay), donde encontraremos fecha y hora adecuada. Y se va a jugar”, señaló Alejandro Domínguez, presidente del ente rector.
Posteriormente, la Confederación Sudamericana de Fútbol, mediante su cuenta de Twitter, confirmaba que la reunión se dará este martes a las 10 a .m. en Asunción. El tema principal es decidir la nueva fecha, hora y lugar de la final. Mientras tanto, los fanáticos millonarios se enteraban atónitos una nueva postergación y se retiraban indignados del recinto deportivo con la sensación amarga que envuelve a todo el mundo del fútbol.
—Dime y diretes—
Tras un sábado largo, el domingo trajo consigo más sorpresas. Mientras River Plate informaba a sus hinchas que las puertas del estadio Monumental se abrirían a partir de la 1 p.m., Boca Juniors sacaba un comunicado oficial pidiendo que el duelo se suspenda alegando que su capitán, Pablo Pérez, no se encuentra en el cien por ciento de sus condiciones físicas para disputar la final. Además, exigía que se aplique el artículo 18 del Reglamento Disciplinario que tiene varios castigos diferentes ante situaciones como la del último sábado, entre ellas, la descalificación del elenco millonario de la Copa Libertadores. Sorpresivamente, el elenco xeneize pedía ser el ganador.
“Soy de los que piensan que los partidos se ganan en cancha. Pero también tengo una responsabilidad como presidente del club y tengo que aferrarme a los estatutos. Hay una comisión que es autónoma a la Conmebol y tiene que revisar el expediente”, dijo Daniel Angelici, presidente de Boca.
En Nuñez, Rodolfo D’Onofrio, mandamás de River, admitió estar sorprendido por la postura de su par porque ellos “generosamente” se prestaron para la suspensión del partido el sábado y el domingo, pese a la presión del presidente de la FIFA.
“[Gianni Infantino] le dijo a Angelici que el partido se tenía que jugar el domingo. Por lo que, me acerqué y le dije oído que tenía mi solidaridad. Cualquier cosa que me estén agregando a esto sería falta de palabra y no es válido. El duelo se jugará en el Monumental y con su gente”, contó.
¿Se juega al otro lado del mundo?
Después de una nueva suspensión de la ‘Superfinal’, la gran pregunta que todos el mundo del fútbol se hace es: ¿Dónde y cuándo tendrá lugar el partido que decidirá al campeón de la Copa Libertadores?
Con el calendario apretado y la cumbre G20 que se realizará del 30 de noviembre al 1 deciembre en Buenos Aires, resulta imposible que se juegue ese fin de semana, ya que las fuerzas de seguridad se destinarán a dicho evento.
Ante esa situación, varios medios argentinos afirmaban con la posibilidad de que el duelo de juegue en Emiratos Árabes el 8 de diciembre. El campeón se quedaría en dicho país a la espera del inicio del Mundial de Clubes, que será el 12 de diciembre.