Recién había cumplido 20 años, pero su capacidad ya era indiscutible. Ronaldo había demostrado en el PSV de Holanda que era un delantero letal y esa noche con el Barcelona dejó en claro que iba a ser un crack.
El 12 de octubre de 1996, el 'Fenómeno' le anotó un gol al Compostela que sin duda marcó su historia y la de todos los hinchas del fútbol. Cómo olvidar esa jugada previa: la tomó en el mediocampo, sorteó a todos los rivales que se le presentaron en el camino, cruzó toda la cancha y batió al arquero Fernando. Golazo.
El brasileño demostró en una sola jugada todas sus virtudes: desequilibrio, velocidad, potencia, amague, definición. Era completo, uno de los mejores delanteros de la historia, sin duda. No en vano es el máximo goleador en la historia de los mundiales con 15 tantos.
Nicolau Casaus, quien era vicepresidente del Barcelona en ese entonces, dijo que había sido “el gol más bonito que he visto nunca”. Esa temporada, Ronaldo convirtió 34 goles en la Liga y 47 en todas las competiciones.