La temporada actual de Real Madrid fue nefasta. Dos técnicos en nueve meses, perder toda chance de títulos en una semana, en tres partidos en el Bernabéu y que un proyecto austero y con jóvenes no haya rendido frutos, hicieron que Florentino Pérez mire hacia atrás y retome contacto con Zinedine Zidane, el último entrenador ganador en Chamartín.
Santiago Solari obtuvo buenos resultados a inicios de su gestión, puso al Madrid a competir en la Liga, semifinales de Copa del Rey, ganador de Mundial de clubes y pasó a octavos en Champions. Sin embargo, tuvo un gran problema: no pudo controlar el vestuario ni los egos de sus jugadores adecuadamente. Ello produjo un bajón futbolístico en algunos futbolistas, principalmente a quienes prefirió dejar en el banquillo de suplentes: Gareth Bale, Marcelo e Isco, titulares en la era Zidane. Es cierto, el galés no era del agrado del francés, pero le rendía. El mejor Marcelo estuvo hasta la temporada pasada e Isco, mostraba siempre juego dinámico y respondía con anotaciones importantes. A ellos se habría sumado Sergio Ramos, quien dejó entrever algunas diferencias con el comando técnico, al tener una posición neutral y no positiva.
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De asumir esta semana la dirección técnica, el primer trabajo de Zinedine Zidane será reconciliar la interina de Real Madrid, destruida en la era Solari. ‘Zizou’ es un entrenador que maneja de forma tranquila los egos, y cómo no, si lo ha ganado todo como futbolista, es un ganador. En conferencias de prensa tampoco muestra algún comentario demostrando superioridad, sino por el contrario, siempre sereno.
La desesperación de Florentino Pérez por recuperar su club ha hecho que vuelva a pensar en Zidane, quien se fue a inicios de temporada por dos temas fundamentales: la renovación de Bale a quien había pedido fuese traspasado y también la ausencia de un gran fichaje crack, sea Neymar, Mbappé, Salah, Hazard o Harry Kane.
A diferencia de cómo sería con José Mourinho, Zidane muestra humildad ante la prensa, comentaristas deportivos y los socios del Real Madrid. Su presencia unifica al grupo.
Es moderado, saber manejar los egos, no necesita elevar el suyo porque brilla por sí mismo, consiguió tres Champions League como entrenador y una siendo asistente de Carlo Ancelotti. Se parece más a Vicente Del Bosque, quien consiguió la octava y novena Copa de Europa, un tipo calmado y que sabe sobrellevar grupos difíciles.
Hablar con cada uno y recobrar la confianza puede ser el primer paso en esta reinvención blanca. Marcelo debe tener más minutos-a pesar del buen rendimiento de Reguilón- para recuperar su nivel. Bale e Isco alternar con más frecuencias. También debe mover el mediocampo y ver la forma de mejorar la defensa. En cuanto al ataque, debería llegar un ‘9’ que compita con Benzema.
No empieza una nueva era para Real Madrid, sino un momento para sanar heridas y comenzar a pensar en la próxima temporada, seguir luchando por la décimo cuarta, retomar la corona de mejor club del mundo y seguir en lo más alto de Europa. Ello también dependerá mucho de la chequera de Florentino.