Han pasado siete días desde que Alianza Lima se coronó campeón del Torneo Apertura tras empatar con Comerciantes Unidos en Cutervo. En ese partido, el club victoriano pasó penurias en su portería que solo Leao Butrón supo aliviar. Tras los 90 minutos y en medio de festejos, el técnico íntimo Pablo Bengoechea dijo a la prensa que al campeón no se le debe discutir.
Con esa frase nos quedamos durante toda la semana hasta el partido con Real Garcilaso, que sería un perfecto termómetro para saber si habría mejoras en lo mostrado por su defensa, una defensa que también fue superada por la Universidad San Martín en aquel partido que salvó Gonzalo Godoy en el minuto final. Esta vez no hubo gol salvador ni nada parecido. Esta vez el resultado fue en contra y catastrófico.
Las dificultades defensivas de Alianza Lima quedaron descubiertas frente al ataque cusqueño comandado por Alfredo Ramúa. Los pases largos del argentino y el ataque en bandas de Jhonny Vidales y Joazinho Arroé fueron determinantes para la goleada más dolorosa de los íntimos en esta temporada.
Ha quedado demostrado que lo más preocupante en Alianza Lima es la defensa por las bandas. Alexis Cossio y Luis Garro atacan mejor de lo que defienden. Prueba de ello es que ambos supieron dar buenas habilitaciones en el campo contrario. Pero defensivamente dan muchas ventajas. En el caso de Garro, en Cusco sufrió tanto con Arroé como con Bogado la semana pasada en Cutervo.
-Sin ideas arriba-Otro problema de Alianza que ha quedado en evidencia es su poca claridad de cara al gol. Recordemos los últimos tantos de los ‘grones’ en el Apertura nacieron de la pelota parada. El gol más gritado por los hinchas aliancistas fue precisamente de un balón detenido. Eso mismo se vio cuando Riojas cogió un mal rechazo de la defensa de Garcilaso para anotar el descuento al cierre del primer tiempo.
Después del balón detenido, Alianza no tiene muchas alternativas para generar ocasiones. Lionard Pajoy no recibe balones con ventaja y corre detrás de la pelota en casi todas las acciones. La generación de Alianza es bajísima y solo atina a los centros. Quizá sería convincente contratar a un ‘9’ de área, un tanque que reciba el balón de espaldas y pueda apoyarse por los costados. De esa forma podría existir una variante en el ataque íntimo, que de todas maneras puede continuar jugando a la uruguaya a pesar de tener jugadores con buen pie en el mediocampo como Cruzado, Ramírez y Aguiar.
Bengochea ganó el Apertura apelando al balón detenido y le dio frutos. Pero, ¿hasta qué punto un equipo puede vivir del juego aéreo? No tenemos dudas que el Clausura será todo un nuevo reto para Alianza, sobre todo cuando la defensa rival esté más preparada para este tipo de jugadas.
En el Apertura, Alianza ganó 5 de sus primeros 6 partidos. Al final consiguió el título. Veremos si en el clásico demuestra el verdadero cambio que perdure hasta diciembre o simplemente habría que esperar un nuevo balón parado.
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