Decir que este Sporting Cristal, el de Roberto Mosquera, se puede mirar en el espejo del tricampeón de los noventa es como asegurar que Duarte puede igualar lo hecho por el ‘Viejo’ Balerio; o que Merlo es la garantía como lo fue Asteggiano en la zaga; o que Távara y Garay compartieran más que el puesto, la raza vencedora. Entonces, habría que buscar nombres, camisetas, apellidos y hacer nuevas comparaciones. Y no, se está en esa búsqueda. Más que entender la hipérbole, lo que se debe notar es el reto mayor para los rimenses en esta campaña.
El fútbol que puso en escena el cuadro tricampeón en los noventa (1994, 1995 y 1996) no se repitió en las siguientes campañas rimenses. Ni con el título del 2002 con Paulo Autuori en el banco ni con Chemo en el 2005 consiguieron mantener el protagonismo. Fue, justamente, Mosquera en la campaña del 2012 el que más respetó el “manual de estilo”. Un campeón que el 2013 estaba encaminado, pero que no pudo seguir en la dirección técnica tras ser goleada 3-0 por Universitario.
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Entonces, este 2021 también puede ser tomado como una nueva revancha para el técnico bajopontino, pero sobre todo como una oportunidad para los celestes de alcanzar un bicampeonato en este siglo y coronar la década pasada donde celebraron el 2012, 2014, 2016, 2018 y el año pasado.
Este año, con tres triunfos consecutivos en el arranque de la Liga 1 se ponen a la vanguardia de sus aspiraciones. Es líder del Grupo B, y ayer hizo frente a un valeroso Alianza Universidad en Matute. Tras el primer tiempo sin goles, los rimenses se desataron en la segunda etapa y acabaron goleando 3-0 con tantos de Corozo (47′), Loyola (59′) y Merlo (85′).
La pregunta a resolver es si esta llamada ‘máquina celeste’ está preparada para emular lo demostrado en los años noventa. Al menos, en estadísticas puede presentar credenciales. En este recuento contamos en qué racha lo superó y cómo fueron los arranques en los años del tricampeonato 1994-1996.
La voz de los 90
El bicampeonato de Universitario (92-93) fue un golpe de autoridad de parte del club crema, que ya tenía el cartel de equipo más campeón en el Perú. La respuesta bajopontina, sin embargo, llegaría en los tres siguientes años con el tricampeonato.
Juan Carlos Oblitas había tomado al equipo hacia finales del 93, y en el inicio del Descentralizado 1994 no había margen de error para mostrar toda su planificación. Para aquel año, la ADFP presentó un modelo de torneo de verano al que llamó Apertura. Separó a los 16 clubes en dos grupos y el ganador de cada llave jugaría una final para conocer al campeón.
Cristal, que ya tenía en sus filas a Balerio, Garay y Julinho, comenzaba a mostrar a Jorge Soto, Nolberto Solano, Roberto Palacios y Flavio Maestri. Debutó goleando 3-0 (Maestri, Julinho, Olcese) a Defensor Lima en Matute. En la siguiente fecha, también en La Victoria, apabulló 4-0 (Maestri, Earl, Solano, Angelello) a Cienciano, y en la jornada 3 pasó por encima al Aurich-Cañana con un 5-1 (Pinillos 2, Maestri, Soto, Solano) contundente en el Elías Aguirre de Chiclayo.
El inicio del campeonato fue la antesala de lo que mostraron en todo el año. Marcaron un total de 113 goles en 38 partidos dejando un promedio goleador de 2.9. Fueron campeones con 5 fechas de anticipación por delante de la ‘U’ y Alianza Lima, y además, Maestri fue el artillero del campeonato con 25 tantos. Detrás también aportaron Nolberto Solano con 18 tantos y el Chorri Palacios con 17.
Junto a la campaña del 94, la temporada 95 comparte la marca de 16 partidos sin perder, la segunda mejor de toda su historia y la cual ya fue superada entre el 2020 y este año con 20 duelos invictos. El equipo del ‘Ciego’ tuvo la autoridad para contratar a Marcelo Asteggiano de la ‘U’ y a José Soto de Alianza Lima. Asimismo, presentó un innovador sistema táctico de 3-5-2, con la dupla Maestri-Julinho en ataque.
Sin embargo, el arranque rimense en el Descentralizado no estuvo tan preciso. En la fecha 1, Universitario lo derrotó por 2-1 (Marco Roberto) en el Estadio Nacional. La recuperación no pudo darse en la siguiente fecha porque se empató por 3-3 (Torres, Julinho, Solano) ante Unión Huaral. Recién en la jornada 3, en una visita a Aurich-Cañaña en Chiclayo se consiguió una victoria ajustada por 1-0 (Solano).
Aún así, el equipo rimense se recuperó y consiguió el bicampeonato anotando 98 goles (123 contando Copa Libertadores) en 44 partidos con un promedio goleador de 2.2. Julinho fue el artillero del Descentralizado con 23 goles. Y lo siguieron el ‘Chorri’ (10 tantos), Solano (12) y Maestri (11).
La temporada 96, la que coronó el tricampeonato, la mirada no solo estuvo en el torneo local sino también en la Copa Libertadores, donde llegaron a disputar los octavos de final contra River Plate con un triunfo 2-1 en Lima y derrota 5-2 en Buenos Aires.
El Descentralizado comenzó con un cara nueva en el banco. Juan Carlos Oblitas había asumido la dirección técnica de la selección peruana, por lo que la dirigencia encabezada por Alfonso Grados eligió al brasileño José Luis Carbone como nuevo entrenador.
En el arranque del torneo todo marchaba bien. El debut fue con un gol agónico de Julinho en Cerro Pasco ante Unión Minas, y después golearon por 6-0 a Cienciano con goles de Palacios, Pinillos, Zegarra (2), Hidalgo y Julihho. Sin embargo, en la jornada 3, Sport Boys lo venció por 3-1 (descotó Lazo).
Carbonel estuvo hasta agosto en el cargo. Luego hubo un interinato de Roberto Mosquera por cuatro partidos, hasta que llegó Sergio Markarián. Con el ‘Mago’, Cristal cerró la campaña obteniendo el título nacional y el primer tricampeonato de su historia. El promedio goleador subió (2.3) porque se anotaron 71 goles en 30 fechas. El mejor anotador celeste ese año fue Solano con 12 tantos en el torneo local.
*Fuente: RSSSF
El cristal en el que se mira
Sporting Cristal es un equipo que siempre pisa a fondo en los inicios de los torneos. Uno de los más recientes recuerdos de los celestes arrancando un torneo peruano a 180 km/h data del año 2017.
Con Chemo del Solar en el banco, los bajopontinos empataron en la primera fecha (Unión Comercio) y, luego, fueron una aplanadora: Alianza Atlético (5-0), San Martín (3-0) y Ayacucho FC (4-0). Sin embargo, en la quinta jornada cayeron (2-1) ante Sport Rosario en Huaraz, y la segunda etapa de Chemo en La Florida no duraría muchos meses.
Al año siguiente, con el chileno Mario Salas si se logró capote de cuatro victorias consecutivas, aunque con una astilla. El primer partido fue declarado 3-0 a su favor por W.O. de UTC. Luego, goleó 4-1 a Sport Rosario, 2-0 a Alianza Lima y 3-0 a Comerciantes Unidos. En la quinta jornada, Ayacucho FC lo venció por 5-3.
Con menos contundencia goleadora, el 2019 inició con cinco triunfos consecutivos: 2-0 a Sport Huancayo, 1-0 a Alianza Lima, 3-0 a Sport Boys, 1-0 a Unión Comercio y 4-1 a César Vallejo. En la sexta jornada empató sin goles ante Cantolao.
Tras un 2020 muy discreto en el arranque (1 triunfo, 1 empate, 2 derrotas), este año volvió a dar pasos seguros goleando 4-0 a Binacional, venciendo con lo justo 1-0 a Sport Boys y retomando su contundencia frente a Alianza UDH con un 3-0. Su promedio goleador está en 2.6 y no ha recibido goles en su portería.
Además, alcanzó su mejor registro de partidos invicto: 20 en total. Estos récords también los consiguió en el torneo local los años 1980 y 1986 (en el 2005 alcanzó 17 duelos sin derrotas). Los celeste no pierden desde el 3 de octubre pasado cuando fueron sorprendidos por Atlético Grau (2-1) en el estadio de San Marcos.
Hasta en los nombres de los anotaron en su último partido hay explicaciones del nivel de juego que muestran en el cuadro celeste. Corozo volvió a jugar y se apuntó con un tanto de tiro libre. Loyola cazó un rebote en el área huanuqueña y Merlo aprovechó un tiro libre para cerrar la goleada.
Está tan seguro de sí mismo este Sporting Cristal, que mantiene en reserva a Alejandro Hohberg en el banco de suplentes. Y cuando se ordenó que ingresara, lo hizo en el novedoso puesto de interior derecho cubriendo a Horacio Calcaterra y no como extremo como lo hizo en Alianza Lima y Universitario. El ‘Enano’, sin embargo, dio una asistencia contra Alianza UDH.
El reto para los rimenses, aparte de dar la sorpresa en la Copa Libertadores, está en mantener su nivel para llegar a fin de año con las aspiraciones de ganar el bicampeonato. Solo así se podrá ver directo a los ojos a las campañas del tricampeonato noventero.