La raza cusqueña sigue intacta en el Real Garcilaso. Pese a que fue local en la altura de Huancayo el cuadro celeste dio muestra de su rebeldía y le volteó el partido al poderoso Cruzeiro. Un 2-1 en el debut en esta Copa Libertadores que no hace más que recordar el gran papel que cumplió el año pasado en el torneo continental.
Lo ganó Garcilaso porque recordó que tiene un arma letal: la pelota parada. Si bien primero lo sufrió con el gol de Bruno Rodrigo, anotó de cabeza en el minuto 20, supo reaccionar. Y lo hizo a partir del ojo del técnico Fredy Garcia, quien notó que por la banda izquierda García tenía problemas y lo sacó para meter a Brítez, su jale argentino.
Y el ingresado le dio mejores resultados. En el minuto 53 Brítez anotó el empate para los cusqueños. Un pivoteó del pequeño Ramón Rodríguez, tras un córner, permitió que el argentino entre por el segundo palo y venza al portero Fábio.
Con el arma desenvainada, Garcilaso siguó apelando al balón parado. Y así llegó el segundo. Un tiro libre de Ramúa que le sobra al portero. Huerta aprovechó el error y por el segundo palo asistió a Rodríguez para que anotar con libertad.Un segundo tiempo perfecto que borró los primeros 45 muy bajos. Garcilaso venció y se tumbó a un poderoso. La raza cusqueña está de vuelta.
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