María Luisa Doig ya se encuentra en suelo olímpico. La esgrimista peruana llegó el último martes a París y se prepara no solo para su competencia de este sábado, sino también para lo que será la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos París 2024 de este viernes.
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Previo a su viaje, la abanderada peruana conversó con El Comercio sobre lo que significa ser una deportista de alto rendimiento, las pérdidas en su vida que sumaron en su carrera y lo que viene para ella tras los Juegos Olímpicos.
¿Qué sensaciones de clasificar a unos nuevos Juegos Olímpicos?
Que todo valió la pena. Pasé la Navidad y el Año Nuevo en Europa, que subvencionó mi Federación, y me quedé enero y febrero con dinero de mi familia, de premios. Luego llegó el Programa hacia París que subvencionó parte de mi estadía hasta marzo, y ya luego volví para el Panamericano y se dio el resultado.
Trabajar fuera del país marca la diferencia
Me quedé tanto tiempo trabajando en Europa que puede entrenar con el equipo nacional de Hungría, creo que eso fue algo muy positivo y dinámico. Aparte de tener la guía del equipo, ha sido muy asertivo entrenar allá, por eso en todo el ciclo olímpico he tratado de ir y todo se completó con una clasificación. El COP también ha puesto de su parte subvencionando bases de entrenamiento. Hay bastante apoyo de la familia, han sido muchas competencias y de dónde se saca tanto dinero para viajar. La Federación, IPD, COP hacen un gran esfuerzo y han puesto una mano para poder llegar.
Clasificaste en el Preolímpico, que daba un solo cupo ¿Cómo se afronta ese riesgo del todo o nada?
Vas y dices si estás preparada y ya, es un trabajo mental. Duro, no solo porque es el Preolímpico, sino porque me comprometí a quedarme un ciclo más y tengo que cumplir esa palabra, de entrenar, de clasificar, de ser una figura para los chicos que vienen. Pero no solo lo hago por ellos, lo hago por mí. Ahí arranca el tema motivacional, porque he tenido muchos altibajos.
¿Y te preparas para la derrota también?
Es lo más común en el alto rendimiento, la derrota. Pero ahí viene tu red de apoyo para ver cómo sales adelante, no solo en las derrotas deportivas, si no de lesiones y otras cosas que puedan pasar. Para eso se tiene un ‘Dream Team’, psicólogos, nutricionistas, terapeutas, preparador físico, entrenador y mi familia. De alguna y otra forma me sacan adelante. ¿Cómo? ellos tienen sus herramientas y suman a que María Luisa salga adelante.
En tu carrera siempre has hablado de tus abuelos, de tu entrenador, que ahora ya no te acompañan ¿Parece que has sabido sobrellevar las pérdidas?
Creo que en el transcurso de la vida vas a tener esas pérdidas, de amistades, familia. Como han sido personas importantes siempre van a estar en mi corazón. Ellos han marcado, hay una huella muy grande en mi vida y los tengo presente en cada victoria. Y no solo familia, entrenadores, gente cercana como Jenny Martínez. Son personas que han ayudado y me han inspirado. Ellos deben estar aplaudiendo y celebrando el trabajo que se hace. Los recuerdo con mucho amor y ante las adversidades tengo una maravillosa red de apoyo. Mi familia es maravillosa y han estado ante cualquier situación, cuando he tenido esos altibajos donde te cuestionas un poco, ahí entra ese debate, esa lucha interna.
Tienes un anillo con los aros olímpicos...
En mis segundos Juegos, cuando retorné me lo dieron mis hermanas. Me lo dieron para recordar básicamente lo comprometida con lo que soy, porque decidí quedarme para un ciclo más y sabían que no iba a estar mucho tiempo en Lima. Saben que para mi la familia lo es todo, por eso dentro dice “Vamos Malú”, que es lo que siempre me dicen ellas y es para recordar que están conmigo y que siga soñando en grande.
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¿Cómo te sientes ya en París?
Es una alegría estar acá. Las sensaciones son de mucho orgullo de venir a estos Juegos, que es el sueño de todos los deportistas, y poder hacerlo por tercera vez.
Y ser la abanderada
Emocionada de portar la bandera en esta fiesta tan importante para nosotros. Todavía no sé los protocolos, pero será muy emocionante, seguro.
¿Cómo te encuentras para estos nuevo Juegos?
La experiencia, la madurez mental, la conciencia. Ser más consciente del trabajo que se ha hecho, mucho más experimentada no solo en cuanto a esgrima sino también en las situaciones que se puedan dar, que ni podemos controlar y que antes me frustraba. Eso se ha ido adaptando, experiencias positivas y negativas que han generado en mi un desarrollo personal.
¿Qué sigue después?
Clasificar, por ambas partes, el ganar me motiva a seguir entrenando, pero desde antes, cuando salió lo de Lima 2027 ya estaba dispuesta a quedarme. Lo hablé con mi familia cuando había tomado la decisión, porque una de mis metas es abrir mi consultorio si me apoyan con el tema deportivo, porque esto no acaba.
Estarás en Lima 2027
Informé de manera oficial a mi Federación que me iba a quedar y a mi familia le digo: “Pero un año no es nada, de los Panamericanos luego son los Juegos. Lo intentaremos”, y mi familia se ríe. Pero eso no lo hemos decidido aún, aunque estoy muy emocionado y ya saben que un año no hace daño.
¿Qué sientes ser la cara visible de la esgrima peruana?
Lo tomo de manera positiva, porque siempre he querido ser la mejor en mi deporte y demostrar que hay nivel. Pero no pienso tanto en terceras personas sino trato de buscar mi mejora personal. Llevo un diario deportivo y soy consciente del proceso. Muchos tienen un pal que no saben de qué se trata, y yo lo sé y puedo aportar, ver y decir algo y así el proceso lo haces tuyo, porque no somos un robot que vamos y ya. Me gusta que los chicos se contagien, que vengan, ver a otros chicos crecer y ver los resultados como en los Bolivarianos y que te digan que he sido una inspiración, eso es algo muy lindo, que puedan tener una referencia.
Mencionas tu consultorio de odontología ¿La idea es que convivan el deporte y tu profesión?
Es el objetivo pasado París, que convivan los dos. El sueño sería tenerlo a ambos y ser exitoso en ambos y esa es la dificultad. Me dicen que es difícil, “o eres deportista o tal cosa”, pero hice la carrera y vamos a ver cómo nos va. Soy bastante metódica y creo que si se va a dar.
¿Y Lima 2027, una revancha para Lima 2019?
Ya lo sané, no hay espina. Me dolió mucho porque fue una de mis grandes derrotas porque justo venía de ganar una medalla en el Panamericano de Esgrima y había una gran esperando. Me quedé a dos puntos del podio, dolió, pero es parte de. Demoró mucho, fueron varios meses que estuvo ahí, pero sanó. Te das cuenta de que es parte del deporte, analizas y sigues y te dices a ti misma “suéltalo ya porque van a venir cosas mejores”, y llegaron dos Juegos Olímpicos y he traído podios todos los años. Se curó, perdoné.
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