Con el tiempo Christian Cueva fue perdiendo fans. Mitad por algunos excesos en su disciplina y mitad por aquel penal fallado en el Mundial, su imagen de jugador indiscutible se fue desdibujando. La sombra del ‘pelotero’ fue amenazada con llevarse al muy buen jugador de fútbol que se construyó entre el 2015 y el 2018. En esa línea, mientras más de un crítico en prensa le reprochaba sus actitudes y su titularidad, Ricardo Gareca, en general, lo ha defendido casi como se blinda al hijo ante las primera riñas del recreo.
Aquí tres razones poderosas para entender se comportamiento del técnico de Perú:
1) Porque es su jugador fetiche, su descubrimiento del 2015Con Cueva Gareca hizo más o menos lo mismo que con Donny Neyra en la “U”. Es decir, tomó a un ‘pelotero’ lleno de problemas y lo hizo titular de la selección. Le seducía su gambeta, su ritmo y sus pases filtrados. El reto era ponerlo en la órbita internacional. Y lo hizo. Primero como extremo por izquierda en la Copa América 2015 y luego como enlace en la siguiente copa. Entre 2015 y 2018 jugó 46 partidos. De a pocos, la relación se volvió muy sólida y Cueva –que antes había sido apadrinado por Rivera en San Martín y Markarián en la misma selección- no dudó en elegir al Richard como su nuevo papá. 2) Porque no ha aparecido otro 10 capaz de sentarlo a la bancaSi bien Cueva no ha brillado parejo en la selección sí ha jugado algunos buenos partidos. Hizo 4 goles en las Eliminatorias para Rusia y ha probado claramente que la chompa no le pesa. No es uno en su club y otro en la selección. Es el que es. Y si falla no es por miedo escénico. Ni Cristian Benavente, el jugador de la gente, ni Paolo Hurtado, tan irregular como talentoso, han podido reemplazarlo. Concha, promocionado hasta la exageración, tampoco está. La terquedad de Gareca en blindarlo es razonable si miramos que hoy no hay otro 10 testeado internacionalmente mejor que Cueva. Sí, incluso que este Cueva. 3) Porque se desempeña, pese a las críticas, en equipos fuertes, competitivosA Cueva (que jugó en Rayo, Toluca, Sao Paulo y ahora Krasnodar…) le criticaron declarar que se quería ir de Rusia “porque extrañaba a su familia”. La frase no es terrible porque Cueva no buscaba irse de Rusia para jugar en el jardín de su casa. El pase a Independiente (su meta) se cayó, pero el 10 iría al Santos. Al volver a Sudamérica Cueva se acerca a su familia pero no se aleja de la competitividad. El propio Gareca a mitad de los 80 tomó la ‘polémica decisión’ de irse al América de Cali en lugar de Europa. El argumento, dicen, fue económico, pero él defendía que no perdía nivel. Es coherente, por tanto, con lo que él mismo hizo.