Ha pasado un año desde aquel partido que selló el regreso del Perú a un Mundial tras 36 años. Doce meses desde que la celebración por el gol de Jefferson Farfán activó los sismógrafos;365 días desde que Christian Ramos se encontró el balón en el área de Nueva Zelanda y nos mandó a hacer las maletas para Rusia.
Y si hay alguien que recuerda aquella noche tanto como nosotros son los All Whites. Contactamos a Andrew Durante, uno de los referentes de la selección kiwi, para recordar los encuentros que protagonizaron ambas selecciones en el repechaje.
—¿Qué es lo primero que se le viene a la mente cuando piensa en el Perú?Obviamente fue un partido muy importante para Nueva Zelanda. El primer juego fue muy bueno, creo que lo hicimos muy bien, la atmósfera en el estadio de Wellington fue asombrosa. Luego, ir a Perú y ver cómo luce una nación futbolera fue otro nivel, no lo había visto nunca. Fue muy especial. Obviamente podíamos sentir el sufrimiento de la gente por haberse perdido tantos mundiales. Fue increíble ver la alegría de todos los peruanos. En ese momento quizás no lo pensé, pero ahora, viendo hacia atrás, fue asombroso.
—Incluso en Wellington vimos a muchos peruanos en las tribunas. Eso debió sorprenderlo… Sí, el apoyo de los peruanos fue increíble. Recuerdo que estaba en el hotel y me asomé por la ventana para ver hacia la calle. Todo estaba lleno de aficionados blanquirrojos, con tambores y cantando. Hacían muchísimo ruido. No eran muchos, pero eran suficientes. Y en el estadio creo que hicieron más bulla que los locales. Desde ahí sabíamos que el partido de vuelta iba a ser algo bastante loco.
—¿Cuánto ha cambiado la imagen que tenía sobre el Perú desde ese partido? Para ser honesto, no sabía mucho del Perú o de Lima antes del partido. Ir fue una experiencia totalmente nueva. Si bien algunas cosas me decepcionaron un poco como los cohetes que tiraron frente a nuestro hotel, creo que demostró el nivel de importancia que tenía para el país. Pero todos fueron muy amables. Mi esposa tiene a una muy buena amiga peruana aquí: Yasmin Hende, ella es tan apasionada, nos habla muy bien de su país. Y tenía razón, los peruanos son fantásticos.
—Creo que hasta ustedes querían ver a Perú de nuevo en el Mundial...Obviamente, hubiera preferido que Nueva Zelanda lo jugara [risas]. Mi sueño era jugar un Mundial. Fue muy difícil de digerir esa derrota, pero al ver lo que significó para su país, pese a lo mucho que me costó asimilarlo, pensé que a los neozelandeses les hubiera gustado llegar al Mundial, pero quizás no al nivel de los peruanos. No sé qué hubiera pasado si ganábamos nosotros, imagino que hubiera habido caos, habría sido un momento muy feo para la historia deportiva peruana. Luego tuvieron un buen papel en el Mundial, aunque los resultados no los acompañaron.
—Tiene una relación bastante curiosa con nuestro país, su abuelo nació acá...Sí, desde pequeño lo sabía, pero no había entrado en detalles. Cuando nos enteramos de que jugaríamos allá, comencé a hacerle preguntas a mi abuela y resulta que mi bisabuelo, que trabajaba en telecomunicaciones, fue trasladado del Reino Unido a Lima junto a su novia, mi bisabuela. Allá se casaron y tuvieron a mi abuelo. Él viajaba mucho entre el Perú y Jamaica, donde también estudió. En realidad no me había dado cuenta de los lazos que tenía con Perú. Pensaba que mi abuelo solo había nacido allá y de inmediato había vuelto a Australia, pero estudió allá, hablaba español, fue un giro bastante curioso.
—¿Cómo fue el vestuario antes del partido en Lima? Desde que llegamos había mucho ruido, miles de personas estaban afuera del estadio y todo el viaje en bus fue increíble, veíamos a todos vestidos de blanquirrojo, había banderas, cánticos. Cuando bajamos hubo hostilidad, pero no en el mal sentido, sabíamos que éramos los rivales de turno. Recuerdo entrar al vestuario y escuchar a la hinchada. Pero estábamos enfocados, quisimos usar toda esa energía para dar un buen espectáculo, creíamos que podíamos vencer a Perú. Sabíamos que empatando 1 a 1 estábamos dentro. Había más presión sobre Perú que sobre nosotros.
—¿Quién tomó la voz de mando en el vestuario? Usualmente lo hace Winston Reid porque es el capitán y un líder fuerte. Pero él no jugó los partidos por una lesión. Así que Rory Fallon tomó su lugar. Él es muy religioso, hizo que nos juntáramos en un círculo antes del partido y rezáramos. No es muy usual en los All Whites rezar antes de un partido, pero dio una oración muy fuerte, fue poderoso, nos dio mucha energía.
—¿Y cómo fue salir al campo del Nacional? En realidad intentas mantenerte calmado, enfocado en lo que has trabajado. Obviamente cuando el público es tan ruidoso ves a los lados y cada uno lo toma de forma diferente. Yo tomo esa energía. Algunos se intimidan. Mi experiencia me ayudó, he jugado en el Estadio Azteca frente a miles de personas o en la Copa Confederaciones. Pero no podré olvidar la atmósfera del estadio de Lima. Fue una de las más increíbles que haya podido ver. Aunque cuando se inicia el partido no te concentras en el público.
—¿Qué momento del partido quedó en su mente? Creo que la diferencia más grande entre ambos partidos fue la participación del lateral derecho, no recuerdo bien su nombre [Luis Advíncula]. Tenía un juego muy fuerte. Nos causó muchos problemas. Sabíamos que Farfán y los tres mediocampistas eran muy buenos. Pero nunca había escuchado mucho de ese lateral, tenía un juego excelente. Sobre momentos del juego tengo una imagen muy clara en la mente del segundo gol. Fue descorazonador. Pero lo intentamos hasta el final. Luego ingresó Chris Wood. En mi opinión, si Chris hubiera estado más tiempo habría sido mejor. Es muy grande, domina bien el balón. Desafortunadamente venía con una lesión.
Andrew DuranteEx seleccionado de Nueva ZelandaNací en Sidney hace 36 años, pero en el 2013 me nacionalicé neozelandés para jugar por los All Whites. Tras los partidos contra Perú me retiré de la selección. Juego en el Wellington Phoenix, el único equipo profesional de Nueva Zelanda.