Ricardo Gareca no ha podido solucionar un problema que ha sido motivo de varios dolores de cabeza desde que asumió el cargo como entrenador de la selección, en marzo del 2015: encontrarle un reemplazante a Paolo Guerrero. Se comprobó, una vez más, en la frustrante derrota 1-0 ante Ecuador del último jueves en Nueva Jersey, que la ausencia del atacante del Internacional de Porto Alegre no se puede maquillar. Ni con el empeño de un Raúl Ruidíaz que está lejos de repetir las faenas goleadoras que se manda con el Seattle Sounders, ni con la energía plausible -pero igualmente ineficaz en el ataque peruano- que derrocha Yordy Reyna. Y tampoco con variantes tácticas: en la última media hora ante los norteños cambió el 4-2-3-1 por un 4-2-2-2.
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Porque cuando no está el capitán en la cancha, la 'Bicolor' pierde peso ofensivo, jerarquía para hacer daño al rival y, en pocas palabras, sufre. Y si no está Jefferson Farfán (se recupera aun de su lesión y no posiblemente vuelva a las canchas recién el próximo año) para disimular la ausencia de Paolo, con la experiencia y lo que le queda de potencia física con 34 primaveras encima, sufre el doble.
Este vacío del tamaño del Titanic que tiene la selección cuando Guerrero no está, se traduce en los resultados. Desde que el ‘Tigre’ se puso el buzo de la Blanquirroja, y con la presencia en el campo de Paolo, el equipo de todos disputó 43 partidos entre amistosos, Eliminatorias, Copa América y el último Mundial. El saldo terminó siendo más que favorable: obtuvimos 19 triunfos, 11 empates y 13 derrotas. Es decir, perdimos el 30,23 % de los encuentros que nos tocó jugar.
La otra cara de la moneda fue cuando Perú tuvo que prescindir del delantero nacional por distintos motivos: lesiones, suspensión por parte de la FIFA tras el famoso caso de dopaje, o el último pedido del delantero, el permiso especial para ausentarse y poder jugar por su club en las semifinales de la Copa de Brasil, donde le anotó dos goles al Cruzeiro y clasificó a la gran final. Bajo estas circunstancias, el cuadro del 'Tigre' afrontó 19 duelos: venció en 8 y se fue derrotado igual cantidad de oportunidades. Sin el 'Depredador', Perú perdió el 42,11% de sus partidos.
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Respecto de la influencia de los goles de la selección, Paolo también es el jugador más importante. Desde el inicio de este proceso hasta el presente, la ‘Franja’ marcó 80 dianas. De estas, Guerrero aportó con 18 y es el máximo goleador de esta etapa. Él marcó el 22,5% de las conquistas peruanas. En base a estos números, no hay nada que debatir sobre la supuesta dependencia que tiene la selección con el artillero. Esta no solo un invento, es una realidad.
-¿Cómo les fue a sus reemplazantes?Aunque se busque con un microscopio, son Farfán, Ruidíaz y Reyna. No hay más candidatos para reemplazar a Paolo, al menos no los encontró Gareca. Y, por lo menos a los dos últimos, la suerte les ha sido más que esquiva cuando jugaron por la selección. Las estadísticas confirman que sus aportes han sido nulos.
En el caso del ex-Universitario, ha tenido múltiples oportunidades para desmentir esa teoría que dice que es un delantero de club más que de selección. No obstante, en la era Gareca jugó 32 partidos acumulando 1.321 minutos en cancha y solo celebró en 4 oportunidades. Su porcentaje de efectividad es bajísimo: marca un tanto cada 330 minutos. Y cada vez que le tocó tener minutos lo hizo jugando de ‘9’, en la posición donde marcó 65 goles en su paso por el Morelia y hoy con el Seattle Sounders.
Del lado del ex Alianza Lima, las chances de jugar – de ‘9’ también, al igual que en el Vancouver Whitecaps- han sido menores pero no por eso pocas. Con el técnico argentino en el banco, Reyna tuvo 540 minutos y disputó 16 encuentros. Sin embargo, todavía no anota. Situación distinta sucede con la 'Foquita'. En 2.362 minutos, el delantero del Lokomotiv Moscú convirtió 10 tantos. El ex-Schalke 04 fue quien mejor reemplazó a Paolo en su momento.
Si levantamos la mirada y pensamos en el futuro, los otros posibles reemplazantes de Paolo, por características similares en biotipo sobre todo, todavía andan verdes. Iván Bulos recién ficho por el Hajduk Split de Croacia buscando dejar un pasado lleno de lesiones, mientras que Beto da Silva intentará tener continuidad por fin en el Deportivo La Coruña de la Segunda de España. Los dos fueron convocados en su momento, aunque sin grandes oportunidades por falta de ritmo.
Después de clasificar a Perú a un Mundial después de 36 años, Ricardo Gareca tiene ahora la misión de mantener a la selección en el top de Sudamérica. Y está claro que sin un ‘9’ como Paolo Guerrero será difícil conseguirlo. Tendrá que buscar por cielo, mar y tierra, porque los partidos se ganan con goles.
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