La explosiva lucha que sostendrán este sábado Tyson Fury vs. Deontay Wilder tendrá al planeta boxístico atento. Los ojos de los amantes del noble arte, se posarán sobre la humanidad de los dos poderosos púgiles y un detalle también despertará la curiosidad de los espectadores: la ausencia de la llamativa barba que hasta hace dos días llevaban.
Tyson Fury, británico y confeso depresivo, tanto así que su vida estuvo al borde de la tragedia cuando se sumergió en el alcohol y las drogas, posó con una frondosa barba durante una visita reciente a una estación de bomberos.
Armado con una hacha, una camiseta negra y el intento de una sonrisa amigable, el boxeador de 2.05m declaró, y recordó, su confuso pasado: el alcohol y las drogas le habían ganado la batalla.
“Dicen que soy bipolar. Soy maníaco depresivo; espero que alguien venga y me mate antes de que me mate yo mismo“, comentó cuando se negó a pelear y por ende le quitaron sus cinturones.
“He consumido mucha cocaína. Estoy pasando por un infierno personal, tratando de quitarme muchos demonios de encima. No quiero seguir viviendo. Esta gente me ha llevado al límite, no puedo más. La cocaína es algo menor en comparación con el deseo de no seguir viviendo“, pronunció como para hacer más aterrador el relato.
Deontay Wilder, estadounidense y con su inmenso ego como carta de presentación, ingresaba a los lugares con su puntiaguda barba negra por delante. Su vello facial entraba siempre primero, o hasta hace un día, a cualquier lugar a donde llegara.
Invicto y amante del básquetbol, el nacimiento de su hija lo convirtió en dos cosas: en padre y boxeador. Cambio el sueño de ser jugador de la NBA por la cruda realidad del boxeo, asumiendo que el dinero llegaría rápido. Y así fue.
Campeón, invicto y con una enorme reputación, casi como sus dos metros de estatura, también se presentó a la estación de bomberos hace unos días con su infaltable barba.
Atendiendo a la prensa con la misma facilidad con la que se mueve en el ring de boxeo, comentó sobre lo bueno que es y lo fácil que le será vencer a Tyson Fury.
Campeones, invictos y sin barba, Tyson Fury vs. Deontay Wilder se someterán a las reglas del boxeo pues las mismas estipulan que su vello facial no puede ser más de tres centímetros.
Esto responde a un solo factor: los médicos tienen que tener total acceso al rostro de los púgiles. Una frondosa barba impediría la examinación adecuada de la probable zona afectada.
Antecedentes se registran en cantidad. Le pasó a Saúl 'Canelo' Álvarez. El boxeador mexicano tuvo que rebajar su barba en el segundo combate ante Gennady Golovkin. La esquina del kazajo sostuvo, entre una de las tantas creencias del mundo pugilístico, que el vello facial reduce el impacto de los golpes. Además, pidieron que se respete las normas que rigen el noble arte de los puños.
Los boxeadores musulmanes son los más afectados. Por cuestiones religiosas mantienen su barba; pero en el año 2009, un púgil no quiso rasurarse y le despojaron los títulos que poseía.
Así pues, la ausencia de la barba no minimiza el espectáculo; pero, si lo nutre de mitos. Como la ventaja de los boxeadores zurdos ante los diestros o girar el cuello a la hora de los golpes reduce el efecto. Fury se rasuró completamente y Wilder sólo la rebajó.