La presidenta de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), Rosario Navarro, conversó con El Comercio a raíz de su participación en el panel “Estrategias para la próxima generación de fuerza laboral” en el APEC CEO Summit 2024. Consideró que el sector empresarial debe estar preparado para realizar de forma constante la adaptación de sus talentos. Por otro lado, sostuvo que la economía chilena se encuentra estancada o con bajos crecimientos, por lo que se necesitan cambios como la reducción de plazos para el trámite de proyectos y ajustes en permisos ambientales.
Participó del panel que moderó el director periodístico de El Comercio, Juan Aurelio Arévalo, en el que se lanzaron muchas ideas sobre las estrategias que hay que desplegar para las futuras generaciones en el ámbito laboral. ¿Qué de todo lo conversado le parece aplicable en el corto plazo?
Fue un panel muy interesante, sobre un tópico que nos desafía a todas las economías miembro de APEC: hablar del trabajo del futuro, de cómo estamos preparando a las nuevas generaciones para los desafíos que vamos a tener, no solo en el mundo laboral, sino también en el educativo. Me quedo con grandes hallazgos. Uno, el mundo empresarial debe comprometerse a tener un vínculo temprano con el mundo educativo.
Segundo, el aprendizaje a lo largo de la vida será una constante y por eso tenemos que estar preparados como sector empresarial para habitualmente estar haciendo ‘upskilling’ y ‘reskilling’ de nuestros talentos, entendiendo, además, que estamos en un mundo totalmente digital y eso nos va a desafiar aún más la obsolescencia. Eso significa cómo vamos a construir valor y no destruir valor. El año pasado desaparecieron 88 millones de empleos en el mundo, pero se crearon 160 millones más. Entonces, ¿en qué economía queremos estar? ¿En una economía que crea valor, que crea empleo o en una que sólo observa y finalmente se ve determinada por las olas que estos movimientos van a generar?
¿Este cambio debe ser en torno al trabajo híbrido o hay otro paso adicional a tomar en cuenta?
Hablamos principalmente de cuáles son estos ladrillos fundantes que permitirán que la sociedad del futuro se desempeñe. También hablamos que los desafíos hoy. ¿Cuáles son los ‘skills’ que vamos a necesitar? Gente más flexible, que aprenda a aprender, que también aprenda a desaprender habilidades o competencias que ya no son necesarios.
Eso requiere de alguna forma de estar constantemente adaptándonos. Parte de esa adaptación tiene que ver con el teletrabajo o la hibridez, pero también con nuevas maneras de hacer. En el panel se mencionó como algo bien estratégico cómo estamos preparando al talento y a los jóvenes en el tema del ‘coding’.
Si bien lo que menciona no es nuevo, sí lo es la velocidad con la que ocurren estos sucesos.
Sí, la rapidez con la que estamos adaptando nuestros cambios. Veníamos hablando hace 20 años atrás sobre las ‘21 Century Skills’, pero hoy se hace mucho más evidente porque se aceleró muchísimo todo post pandemia. Antes se hablaba de un deseo de vivir con un trabajo híbrído, pero hoy eso es una realidad. ¿Cómo combinamos lo mejor de estos dos mundos?
La virtualidad completa quita el factor humano de la ecuación.
Y ese factor humano que tiene que ver con la creatividad, con el pensamiento crítico. Claramente es un habilitador para el emprendimiento de base científica tecnológica.
En economías como las nuestras, Chile y Perú, estamos muy desafiados [sobre] cómo vamos a integrar la inteligencia artificial y la realidad aumentada, entendiendo que son desafíos no sólo tecnológicos, sino que van a cambiar los modelos de negocio de las empresas. Y tenemos que lograr combinar empresas tradicionales como las mineras y las agrícolas, que son tan exitosas en nuestros mercados, con empresas de base científica que van a permitir dar ese salto para que no haya rezago y todos puedan acceder a estos empleos de calidad.
Viendo el ambiente de negocios en Chile, ¿qué sensación tiene sobre las políticas o el trabajo que se viene realizando con el gobierno para incrementar la inversión privada?
Este año estamos cumpliendo 30 años de creación de APEC y también 30 años del capítulo Chile-Perú, el capítulo empresarial de relaciones bilaterales y la verdad los desafíos que estamos viviendo en ambas economías tienen bastantes similitudes.
En Chile llevamos más de una década estancados, de bajo crecimiento o crecimientos muy por debajo de lo esperado de una economía en vías de desarrollo. La década pasada, Chile solía crecer por encima del mundo, hoy crece a niveles muy bajos, con un crecimiento del 2% este año. Nos hacemos preguntas fundamentales, ¿qué hay que hacer distinto para recuperar una tasa de crecimiento cercano al 4%? Ahí las relaciones con el gobierno son sumamente importantes.
Hemos planteado con insistencia hacer ciertos cambios estructurales. Los permisos sectoriales y también ambientales están dificultando muchísimo la manera en que se hacen negocios en el país. No solo perjudica a la inversión extranjera, sino a todos los que quieren hacer negocios en Chile. En ese sentido, el gobierno tomó de alguna manera esa posta. Hay en trámite dos proyectos de ley. Uno [está] vinculado a los permisos sectoriales, que pretende acortar un 30% el tiempo de espera para la tramitación de proyectos, y uno relativo a los permisos ambientales. Resolviendo esas dos cosas va a ser un paso para agilizar nuestra economía. Pero tenemos otros dos puntos fundamentales, uno de ellos es la estabilidad política. En Chile tenemos un sistema político muy fragmentado.
Y también en América Latina...
Y en América Latina, pero en Chile tiene una gravedad (adicional), porque estanca las decisiones. Aquí en Perú tú ves que han pasado crisis políticas importantes, pero la economía sigue creciendo.
A inicios de año, el presidente del Banco Central de Reserva (BCR), Julio Velarde, dijo que economía y política no van por cuerdas separadas, pero es cierto que nuestros fundamentos macroeconómicos son fuertes.
Nosotros tenemos que hacernos esas preguntas. Cómo podemos mejorar el sistema político en Chile, fortalecerlo y no fragmentarlo aún más. Hoy hay casi 22 partidos y se están conformando aún más. Esa fragmentación no permite que lleguemos a grandes acuerdos. Lo principal es que la economía vuelva a crecer. No sólo es un buen negocio para las empresas, sino también para la economía.
¿El proyecto de ley que busca revisar los plazos para la tramitación de proyectos es el más importante para reactivar el crecimiento o la inversión privada en Chile?
Es un puntapié inicial. Igual tenemos desafíos que revisar con respecto a lo ambiental. ¿Dónde están los mejores estándares internacionales? La idea es traerlos y poder ejecutarlos de forma muy transparente, donde se cumpla con los dos anhelos. Uno, que haya crecimiento económico de la mano de un desarrollo sostenible, pero también hay un punto que planteamos con mucha fuerza: Chile tiene que volver a ser competitivo respecto a su sistema tributario.
Tenemos las tasas impositivas más altas, casi de las más altas de la OCDE. Entonces nos parece que adecuado revisarlo y proponemos bajar el impuesto de primera categoría o el impuesto a las empresas de un 27% a un 23%. Eso nos volvería a ser competitivos y también permitiría, en el fondo, volver a recuperar ese crecimiento y compensar con crecimiento la baja tributaria.
Es una baja importante en términos de recaudación para el gobierno.
Pero el gobierno, el ministro de Hacienda [Mario] Marcell, se ha mostrado bastante abierto a la discusión. De hecho, en un proyecto de ley que fue rechazado, él propuso bajar de 27% a 25% con una tasa de impuesto al desarrollo. Creemos que todavía hay mucho espacio para esta discusión y tenemos bastante apertura para poder abordarlo.
Sabemos que en Perú hay mucha inversión chilena, sobre todo en ‘retail’. ¿Cómo se puede maximizar esta relación comercial?
La relación comercial formal con el Perú lleva más de 30 años a través de estos convenios, de esta actividad empresarial binacional. Las relaciones con Perú son de larga data y son relaciones de mucho afecto. Veo un enorme potencial de seguir vinculándonos en inversiones mutuas. Tenemos tremendos desafíos. Hoy en día los chilenos invierten casi US$12 millones en el Perú. Mencionas el retail, pero también en minería, en proveedores mineros y en el sector agroindustrial. Por ende, todavía hay muchos sectores que se pueden desarrollar.
Hace algunos días conversábamos en el capítulo Chile-Perú [sobre] cómo podríamos darle mayor potencia al sector eléctrico y al energético, cómo también establecemos proyectos comunes, un sistema interconectado central que permita hacerse cargo en los periodos que Chile tiene déficit [eléctrico]. Sabemos que el gas natural en Perú también tiene un enorme desarrollo, entonces vemos ahí un potencial de trabajo conjunto.
Lo mismo en lo que pasa en nuestras fronteras, cómo agilizamos para sea mucho más fluido el tránsito no sólo de bienes sino de personas y de servicios. En ese sentido, también vemos enormes ventajas de poder abordarlo desde el sector empresarial, llevarlo a nuestros gobiernos y poder avanzar con prontitud sobre ello.
Sobre eso último, en esta sinergia energética, ¿hay algún avance o conversación concreta al respecto?
Lo hemos conversado desde el sector empresarial, tanto chileno como peruano. Hay una convergencia total en seguir empujando ese tema y también desde el gobierno de Chile nuestro ministro de Energía ha estado bien abierto que llevemos esos tópicos. Entonces, tenemos una agenda de trabajo durante las próximos meses para seguir avanzando en ello.
Esperamos pronto tener noticias y también con respecto a un tema bien particular que es el crimen organizado. Sabemos que esto tiene enormes efectos en la economía, casi 3,5% puntos del PBI, según el BID. Eso tiene enormes consecuencias no solo en la manera que hacemos negocios, sino en la calidad de vida de las personas.
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