La guerra comercial entre EE.UU. y China incrementa la preocupación por el espionaje cibernético, particularmente, en el ámbito minero, donde países y empresas buscan asegurarse recursos estratégicos valiosísimos, como las tierras raras, el litio y el cobre.
De acuerdo a Horatiu Bandoiu, gerente de márketing para Latinoamérica de Bitdefender, el ciberespionaje se manifiesta en el recurrente robo de datos de prospección minera y petrolera por parte de empresas y potencias que prefieren recurrir a esta vía, antes que invertir millones en exploración.
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“Eso es algo que estamos viendo muy seguido, sobre todo en la minería de tierras raras, que se usan en electrónica y en la fabricación de dispositivos móviles y baterías”, refiere el especialista en ciberseguridad.
Añade que esta información privilegiada no solo es empleada para descubrir yacimientos, sino también para especular en la bolsa, lo que explica muchas “fluctuaciones misteriosas de los precios de los metales”.
CAMBIO DE PARADIGMA
Puestas así las cosas, ¿la minería peruana invierte lo suficiente en ciberseguridad?
Bandoui señala que ha habido un cambio en el acercamiento de las empresas mineras hacia este tópico, pero advierte que hay mucho espacio para mejorar.
“Se necesita un cambio de paradigma, porque la ciberseguridad no consiste únicamente en adquirir la última tecnología, sino en educar a las personas (trabajadores y ejecutivos) y en implementar procesos”, anota.
En su opinión, la mejora de la ciberseguridad en las empresas mineras -expuestas a los ataques más sofisticados- empieza por el análisis de riesgos, seguida por la mejora de los procesos y, finalmente, la compra de tecnología.