Los tiempos cuando uno visualizaba su vida profesional en tres etapas, una corta, dedicada a la educación superior, otra larga, dedicada a trabajar y avanzar en su línea de carrera y una tercera para disfrutar de la jubilación, han quedado en el pasado.
Ahora más bien vemos cómo, con mayor frecuencia, las personas alternan sus actividades entre cambios de trabajo y carreras, manteniendo una actitud abierta al aprendizaje, combinando estos dos procesos con periodos de descanso para “recargar baterías”.
Esta nueva situación, que va ganando adeptos, viene acompañada de situaciones de alta incertidumbre que deriva muchas veces en sensaciones de ansiedad, inseguridad y hasta pérdida de identidad.
Las organizaciones empresariales han venido migrando de ofrecer una línea de carrera clara para sus ejecutivos con jefes, guiando las promociones a través de fases bien establecidas, hacia un sistema no lineal, que implica el que no haya quien dicte qué pasos tomar y cuánto tomará cada fase.
Este nuevo escenario se presenta más en emprendimientos pequeños o medianos, en contraste con grandes corporaciones donde aún se encuentran procesos más estructurados.
En este contexto: ¿cómo lograr adaptarse exitosamente a esta nueva realidad que conlleva cambios de trabajo más frecuentes?
Investigaciones realizadas por la doctora Herminia Ibarra, del “London School of Business” sugiere que el problema que dificulta afrontar el cambio correctamente no está en nuestra mente por la natural aversión a lo desconocido que es inherente al ser humano, sino a una falta de metodología al enfrentarlo.
Ibarra recomienda tres aproximaciones para facilitar el cambio de carrera y trabajo. La primera sugiere el interiorizar que el proceso de búsqueda será largo y por ello será importante experimentar para incrementar las posibilidades de encontrar actividades donde podamos alinear nuestras inquietudes con nuestras competencias. La segunda aproximación nos exige que mientras nos mantegamos en la posición actual, vayamos explorando, aprendiendo de situaciones y descubriendo nichos donde encontrar mayor satisfacción y posibilidades de éxito.
La tercera aproximación implica el ampliar nuestro círculo de conexiones más allá de nuestra área de confort, y a la vez lograr fortalecer relaciones con personas que no hemos estado frecuentando, pero que pueden resultar determinantes en la búsqueda de consolidar nuevas oportunidades, ya sea dentro de nuestro actual empleador o fuera de él.
El mercado laboral viene evolucionando a velocidades vertiginosas y la recapacitación y el adquirir nuevas competencias serán claves.
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