Si fuera actor, su porte de galán lo convertiría en uno de los más populares de Argentina. Pero a Alfonso Prat-Gay, el ministro de Economía de Mauricio Macri, le tocará tomar decisiones difíciles y dolorosas, para las que, tal vez, no sean suficientes su postura seductora y su rostro de niño aplicado. Follow @PortafolioECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
El 2002 llegó a ser presidente del Banco Central y ocupó el cargo hasta el 2004 –durante las presidencias de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner–. La ruptura con el fallecido ex presidente se debió a diferencias en las estrategias que tenían aquel y su ministro de economía, Roberto Lavagna, respecto de las políticas inflacionarias y de la independencia del Banco Central. Además, se desempeñó como directivo de JP Morgan en Londres, Nueva York y Buenos Aires.
Hijo de un importante ingeniero azucarero y de una especialista en ciencias sociales, Alfonso Prat-Gay nació el 24 de noviembre de 1965 y es el tercero de cuatro hermanos. En 1988 se graduó de economista en la Universidad Católica Argentina y recibió la medalla de oro por su promedio perfecto.
“Cada examen era una presión tremenda porque no quería bajar las expectativas que me habían depositado. En mi casa decían que para mí el nueve era un empate y el ocho una derrota”, afirmó para una revista el 2009. En Argentina, la nota máxima es un 10.
El 6 de enero del 2002, el mismo día en que la crisis económica que vivía Argentina dio lugar a una gran devaluación, Alfonso Prat-Gay volvió a su país desde EE.UU., donde había hecho su maestría. “No podía mirarlo desde lejos, tenía que volver y hacer algo”, dijo.
Como ministro, uno de sus objetivos es acabar con las restricciones cambiarias de forma “rápida” y “prolija”, tal como prometió Mauricio Macri a lo largo de la campaña electoral.
“Cuando presidí el Banco Central aprendí rápidamente que los grandes desafíos se resuelven construyendo consensos y no dando órdenes. Necesito escuchar. Me gusta escuchar. Como hijo, a mis padres; como padre, a mis hijos; como amigo, a mis amigos; como economista, a la gente; como servidor público, a los ciudadanos”, señaló.
Ya alguna modelo ha declarado su fascinación por este hincha de Boca (como Macri), lo que recuerda la vocación farandulera de algunos destacados economistas argentinos: el ex ministro Martin Lousteau protagonizó un sonado ‘affaire’ con una actriz y el ex presidente del Banco Central Martín Redrado ha sido pareja de la vedette Luciana Salazar. Prat-Gay, en cambio, parece un tipo serio.