El Conde Anton-Wolfgang von Faber-Castell, empresario dueño del reconocido emporio de lápices que llenó de color la infancia de miles de niños del mundo, murió después de una grave enfermedad ayer, 21 de enero a la edad de 74 años.Follow @PortafolioECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Rodeado de su familia en su vivienda en Houston, Estados Unidos, el ejecutivo alemán falleció tras liderar por casi 40 años la compañía Faber-Castell y convertirla en una marca premium internacional.
El empresario -octavo sucesor de la empresa familiar- consiguió que Faber-Castell -que inició sus operaciones en 1761 en un pequeño taller artesanal de lápices de grafito- consiguió que la empresa alcanzara ser una de las productores líderes en lápices cosméticos, como reseña el portal web de la empresa.
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Tras estudiar leyes en la Universidad de Zurich y un IMD en la Escuela de Negocios en Suiza, trabajó en la banca de inversiones en Londres y Nueva York para luego unirse al negocio familiar, tras la muerte de su padre, Roland Graf von Faber-Castell, en 1978.
En la actualidad, el grupo Faber-Castell está presente en más de 100 países y cuenta con unos 7.500 empleados en el mundo.