Akira Toriyama falleció esta semana, pero su aventura fantástica no ha terminado. El artista dejó huérfana a una de las franquicias más grandes del mundo del entretenimiento: Dragon Ball. Y es que 40 años después de su creación, la historia de Goku sigue vigente con la publicación mensual del manga (nombre que tienen las historias narradas a través del dibujo en Japón), así como por el próximo estreno de una serie llamada “Dragon Ball Daima”.
Si bien Toriyama ya no era el encargado del dibujo, sí daba las directrices de las historias que se debían contar. Así, con una popularidad que hace décadas traspasó fronteras, su obra también se convirtió en un referente económico importante.
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Según la web Celebrity Net Worth, el mangaka tenía un patrimonio de US$50 millones antes de morir. Su empresa, Bird Studio, realiza muy pocos trabajos en la actualidad, enfocándose principalmente en el diseño de personajes para videojuegos. Sus principales ingresos los recibía por regalías que compartía junto a Shueisha, empresa encargada de la distribución del manga.
Las grandes ventas de la marca Dragon Ball provienen de productos como la serie animada, las películas, videojuegos y todo el ‘merchandising’ licenciado que se distribuye alrededor del mundo. Detrás de este imperio están dos gigantes como Bandai Namco y Toei Animation.
Videojuegos y ‘merchandising’
La empresa encargada de la producción de videojuegos, juguetes, figuras de acción y juegos de cartas coleccionables de Dragon Ball es Bandai Namco. Además de la historia de Goku tiene los derechos para producir y distribuir mercadería de Naruto, One Piece, Caballeros del Zodiaco, Digimon, entre otros.
En el año fiscal 2023 (entre abril del 2022 y marzo del 2023), la compañía tuvo ingresos por 990 mil millones de yenes (más de US$6.600 millones) y Dragon Ball tuvo su mejor desempeño en la historia como franquicia con ventas de 144 mil millones de yenes (US$997 millones).
Durante los meses de abril y diciembre del 2023, los productos del saiyajin y sus amigos ya habían generado ventas por 99,3 mil millones yenes (US$675 millones). Bandai espera que Dragon Ball cierre el año fiscal generando ingresos de 135 mil millones de yenes (US$917 millones).
En total, la obra de Toriyama tiene más de 100 videojuegos lanzados. El más reciente se estrenó la semana pasada: “Dragon Ball Super Card Game Fusion World”, una adaptación del juego de cartas intercambiables que se venden físicamente.
El juego es gratuito para todos los usuarios registrados en la web de Bandai, pero tiene microtransacciones que funcionan como ‘loot boxes’, es decir, se usan gemas (una moneda ficticia) para comprar sobres y conseguir nuevas cartas de manera aleatoria. Las gemas se obtienen jugando o se pueden comprar con dinero real.
Las compras de monedas digitales para un videojuego específico se repiten en las aplicaciones móviles “Dragon Ball Legends” y “Dragon Ball Dokkan Battle”. Ambos son juegos de pelea y usan microtransacciones para que los usuarios puedan comprar aleatoriamente luchadores de todas las sagas de la serie. Según reportes, solo entre agosto y setiembre del 2023, meses de aniversario de los juegos, estos generaron US$80 millones.
La presencia digital de la franquicia no se detendrá ya que entre este año y el siguiente se lanzará “Dragon Ball: Sparking! Zero”, la secuela de “Dragon Ball Budokai Tenkaichi 3″. Los usuarios de este simulador de peleas esperaron 17 años para la nueva edición y se espera que supere largamente los resultados de su precuela, que vendió cerca de 4 millones de copias en el 2007.
Asimismo, en la actualidad hay tres videojuegos con comunidades activas: “Dragon Ball FighterZ”, “Dragon Ball Xenoverse 2″ y “Dragon Ball Z: Kakarot”, los cuales traen actualizaciones anuales como DLC, es decir, con un costo adicional.
Animación
Fuera de Japón, la mayor parte de la audiencia conoció a Goku, Vegeta, Bulma y compañía por la serie animada de Dragon Ball. Las aventuras de la niñez y juventud del saiyajin criado en la tierra se transmitieron desde 1986 hasta 1989 en su país de origen, mientras que Dragon Ball Z se emitió hasta 1996 y Dragon Ball GT hasta 1997. Luego de un largo hiato, se volvió a realizar un anime, Dragon Ball Super, entre 2015 y 2018.
Tras casi 40 años, Toei Animation sigue siendo la dueña de sus derechos de producción. Además de las series de televisión, también se encarga de las películas y otros cortos emitidos en Youtube. En el periodo abril 2022 - marzo 2023 la compañía generó ingresos por 87 mil millones de yenes (alrededor de US$594 millones) y una utilidad neta de 20 mil millones (US$142 millones).
En ese periodo, Dragon Ball tuvo ventas por más de 23 mil millones de yenes (US$157 millones) para Toei. Casi la mitad de estos se debieron a la venta de la licencia fuera de Japón (US$78 millones), reforzando la popularidad de la franquicia en todo el mundo.
La próxima aventura animada de Goku será “Dragon Ball: Daima”. Esta sería, además, la última producción en la que Akira Toriyama trabajó en vida realizando los diseños de los personajes y preparando la historia. Toei anunció que se lanzará este año.
Hoy el cielo no resplandece alrededor del futuro de la franquicia, ya que la mente maestra que creó el maravilloso y absurdo Universo 7 no podrá culminar su obra. Sin embargo, Akira Toriyama no solo legó un mundo donde conviven saiyajines y dinosaurios o dioses de la destrucción y animales antropomorfos con ideales lascivos, sino también una serie que dejó huella en quienes la vieron y que genera réditos económicos por donde va.
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