Las medidas sanitarias y la cuarentena focalizada aplicadas en febrero para hacer frente a la segunda ola del COVID-19 provocaron una pausa en la recuperación de la economía. Sin embargo, los resultados de los indicadores adelantados dan cuenta de que el impacto habría sido menor a lo que se observó el año pasado.
El Indicador Mensual Económico de El Comercio (Imeco) sugiere que la producción nacional habría aumentado su caída en febrero en alrededor de 6,3%, lo que sería su peor contracción en cinco meses, debido a la prórroga del estado de emergencia nacional.
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Durante ese mes, las regiones que contribuyen con un 64% de la producción nacional entraron en cuarentena obligatoria, por ser clasificados con nivel de alerta extrema de contagio.
Estas plazas, y las que fueron declaradas con nivel de alerta muy alto junto con la restricción de operaciones, “conllevaron a que, en el papel, cerca del 27% de la economía quedara inoperativa”, estimó Luis Fernando Alegría, economista senior de macroeconomía y estrategia de Seminario SAB.
Así, hubo sectores que fueron afectados por el estado de emergencia y otros que, además de destacar, evitaron que la contracción fuera mayor.
IMPULSO DEL SECTOR CONSTRUCCIÓN
En febrero, la actividad que navegó en contra de la corriente fue el sector construcción. De acuerdo con esta Unidad de Análisis, su producción habría aumentado en casi 14,3% y sería su quinto mes de crecimiento a tasas de doble dígito.
“Por el lado sectorial, lo que ha dado soporte a la producción de febrero es el sector construcción”, indicó Hugo Perea, economista jefe para el Perú del BBVA Research.
Una opinión similar es la del economista Henry Bances, de la consultora Macroconsult, quien sostuvo que la construcción “sigue ayudando mucho en la recuperación de la economía y continúa fuerte”.
Según Bances, la consultora estimó que la producción de la actividad constructora habría crecido en la vecindad en 14%, asociada tanto a la inversión privada inmobiliaria como a la pública.
Esto debido a que en el segundo mes del año aumentaron el consumo local de cemento en 15%, la inversión pública en 10,5% y la importación de bienes de capital en 22,8%.
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IMPACTO EN COMERCIO Y SERVICIOS
De otro lado, a excepción de la construcción, la pesca que creció en 8,1% por factores estacionales y el sector agropecuario, que avanzó en 0,8%, las demás actividades económicas experimentaron contracciones, de acuerdo con Perea, por las medidas de confinamiento.
Así, entre los perdedores se encontró el sector comercio. No obstante, a diferencia del año pasado que llegó a caer hasta en más de 60%, los economistas estiman un descenso de hasta 10% debido al desarrollo del comercio electrónico y del delivery.
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Otro sector afectado fue el de servicios. Bances sostiene que este varía en tres velocidades. Por un lado, los sectores financiero y telecomunicaciones con avances del 7% y más de 10%, respectivamente; el sector de servicios prestados a empresas, que empieza a corregirse, y los sectores transportes, alojamiento y el resto de servicios, que presentan caídas importantes por la coyuntura.
Perea agregó que el hecho de que febrero de este año haya tenido un día menos que en el 2020, afectó también el resultado de la producción, pero la falta de acatamiento de la cuarentena por parte de un segmento de la población, según Alegría, ayudó a amortiguar la caída.
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Pedro Castillo en Chumbivilcas, Cusco.
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