El cobre subía este miércoles pero se encaminaba a su mayor caída mensual desde marzo de 2020, debido a que un dólar más fuerte, la amenaza de una política monetaria más restrictiva de Estados Unidos y las medidas de China para controlar los precios derribaron al metal desde máximos históricos.
A las 1009 GMT, el cobre a tres meses en la Bolsa de Metales de Londres (LME) subía un 0,8% a US$9.407,50 la tonelada. En junio, el referencial ha perdido más de un 8%.
Sin embargo, el metal acumula una ganancia cercana al 7% en el periodo de abril a junio, el quinto trimestre consecutivo de aumento de precios. Tocó un máximo histórico de US$10.747,50 el 10 de mayo.
“Muchos fondos han liquidado posiciones”, lo que minó el impulso, dijo el analista independiente Robin Bhar. Agregó que es probable que los precios vuelvan a subir cuando termine el verano boreal, tradicionalmente un período de baja demanda de la industria.
Muchos analistas creen que la creciente demanda de cobre en infraestructura y electrificación provocará escasez y precios más altos en los próximos años.
El crecimiento de la actividad fabril de China cayó a un mínimo de cuatro meses en junio. Otros datos mostraron que en mayo, la producción industrial de Japón tuvo su mayor descenso en un año y la de Corea del Sur mostró un desaceleración desde abril.
El dólar se encamina a su mayor subida mensual desde marzo después de un cambio radical en las perspectivas de tasas de la Reserva Federal, lo que afectaba a los metales al encarecerlos a los tenedores de otras divisas. En tanto, las bolsas mundiales estaban a un paso de máximos históricos.
China está vendiendo cobre, aluminio y zinc de las reservas estatales como parte de su compromiso de controlar un aumento en los precios de las materias primas.
Morgan Stanley pronosticó que el cobre promediaría un poco más de US$9.000 la tonelada durante el resto del año.