Las principales bolsas europeas han cerrado la sesión en positivo, excepto la de Milán, animadas por el descenso del precio del petróleo, la relativa calma en Oriente Medio y las subidas en la mayoría de parqués asiáticos.
Londres ha ganado un 1,62 %; Madrid, un 1,5 %; Fráncfort, un 0,7 % y París, un 0,22 %. Por el contrario, Milán se ha dejado un 0,58 %.
El Euro Stoxx 50, el índice que agrupa a las mayores empresas europeas por capitalización, ha avanzado un 0,35 %.
Los inversores europeos estaban hoy pendientes de la situación en Oriente Medio y del dato preliminar de confianza de los consumidores en la zona del euro.
La confianza de los consumidores europeos ha mejorado, al pasar de -14,9 puntos en marzo a -14,7 en abril, pero menos de lo esperado por los analistas.
En Asia, la decisión del Banco Popular de China de mantener el tipo de interés de referencia se ha traducido en subidas en la mayor parte de los mercados.
Tokio ha ganado un 1 %; Hong Kong, un 1,77 % y Seúl, un 1,45 %. Sin embargo, Shanghái se ha dejado un 0,67 %.
En Wall Street, los principales índices han abierto al alza. A la hora de cierre de los mercados europeos, el Dow Jones avanzaba un 0,4 %; el S&P 500, un 0,3 %; y el tecnológico Nasdaq, un 0,5 %.
En el mercado petrolero, el Brent, el crudo de referencia en Europa, bajaba un 0,2 % a la hora de cierre de las bolsas europeas y se situaba en 87,1 dólares por barril, aunque ha llegado a caer hasta los 85,8 dólares.
El precio del oro, uno de los activos refugio, caía un 2,4 % por la relativa relajación de las tensiones en Oriente Medio y rondaba los 2.336 dólares por onza, lejos del máximo histórico de 2.431,5 dólares alcanzado el 12 de abril.
En los mercados de deuda, la rentabilidad desciende. El rendimiento del bono alemán a diez años, considerado el más seguro, retrocede hasta el 2,484 %.
En el mercado de divisas, el euro mantiene posiciones respecto al dólar estadounidense y se cambia a 1,0647 unidades.
El bitcóin, la criptodivisa más utilizada, sube un 2,4 %, hasta los 66.200 dólares tras completarse el ‘halving’, un evento que se repite cada cuatro años y que supone recortar a la mitad la emisión de nuevas monedas.
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