Del desvío de fondos destinados a programas de ayuda a la compra de puestos en universidades, los sistemas de educación en el mundo entero están marcados por una habla de la que nadie quiere hablar: corrupción. Y sus efectos en la formación de mentes jóvenes -factor fundamental en el desarrollo de los países- pueden ser incalculables.
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“Siempre ha habido mucha resistencia a hablar sobre este problema. Nadie quería asociar esta palabra con la educación”, dice Muriel Poisson investigadora del Instituto Internacional de Planificación Educativa (IIEP), con base en París, Francia, que recientemente lanzó una iniciativa internacional para intentar prevenir la corrupción en los sistemas educativos.
El IIEP, que forma parte de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), creó el que se dice es el “primer centro mundial online especializado” en prevenir la corrupción en escuelas y universidades.
El centro maneja una base de datos mundial en Internet y un centro de información sobre la malversación de fondos educativos.
“No se ha solucionado el problema, pero al menos estamos hablando de ello”, dice Poisson. “Cada vez está más en la agenda”, dice Poisson
FUGAS
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No es difícil darse cuenta de por qué la corrupción en los sistemas educativos, especialmente en los países en desarrollo, ha sido un tema incómodo.
Es más complicado pedir dinero a los donantes para mejorar la educación en los países pobres si los fondos no llegan donde deben hacerlo.
La información que están recogiendo los investigadores del IIEP apunta a la existencia de “fugas” entre el dinero y el material que se aporta al sistema y lo que finalmente llega a las aulas.
Una búsqueda en la base de datos, denominada Etico, muestra que en algunos países subsaharianos pudo haber una pérdida de hasta el 80% de los fondos para comprar libros de texto en años anteriores.
“Si hablas de corrupción, estás señalando a alguien”, dice Poisson.
Esto puede implicar acusaciones contra funcionarios de alto nivel. Pero también puede plantear cuestiones más complicadas sobre quién es responsable de la corrupción de bajo nivel en escuelas y países empobrecidos.
El problema de los “profesores fantasma”, es decir, que se cobren salarios para puestos que no existen o que los maestros estén ausentes de puestos sí remunerados, puede llevarse hasta el 15% o el 20% del presupuesto total para los profesores en algunos países, según el IIEP.
Pero la razón por la que los profesores no están en las aulas puede ser que no han cobrado su salario durante meses y se han visto obligados a aceptar puestos en otras escuelas o lugares. ¿De quién es la culpa?
Además, puede ser que los profesores que reciben sueldos bajos se hayan acostumbrado a completar su salario cobrando a las familias cuotas no oficiales para conseguir un puesto en la escuela.
Hay muchos factores que impiden que la educación mejore en los países en desarrollo, dice Poisson. “Pero la corrupción puede ser un factor fundamental, y normalmente son los pobres los primeros afectados”, añade.
INVESTIGACIÓN
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La idea detrás de la base de datos online es crear un punto de referencia digital para la investigación sobre el tema y también proporcionar ejemplos de proyectos con ideas para atajar la corrupción.
Uno de los casos señalados es el esquema de transparencia de un colegio en Rajastán (India), donde la información sobre el dinero destinado a la escuela y a la asistencia de los maestros está escrita en uno de los lados del edificio, de forma que todo el mundo puede analizar las finanzas.
En Brasil se han creado consejos locales para supervisar el gasto en comidas de los colegios y prevenir el fraude.
Además de la reticencia para atajar el problema de la corrupción en la educación, también son escasos los datos fiables sobre la magnitud del problema, dice Poisson. Según la investigadora, se han sacado “millones de dólares” del sistema, pero no hay ninguna estimación fiable sobre cuántos millones.
“Es difícil para la gente obtener información clara. Ha estado muy desperdigada”.
La página web se ha creado para poder recabar información de este tipo, ofrecer estudios de caso de tácticas anticorrupción exitosas y crear un archivo para investigadores y legisladores.
Pero se trata de un problema con muchas dimensiones. Puede ser un fraude grave, como en el caso de contratos lucrativos adjudicados de forma deshonesta o las estafas en obras, materiales de aprendizaje, contratación de personal o materiales de la escuela.
TRANSPARENCIA
Puede también implicar inflar los costes de forma que se utilicen los fondos para llenar bolsillos en lugar de amueblar mentes jóvenes.
También puede ser más localizado, como los sobornos para obtener una plaza en la universidad o la compra de títulos falsos.
En cualquier caso, son prácticas que corroen la justicia y la fiabilidad de cualquier sistema educativo. Y es un obstáculo para cualquier intento de elevar el nivel.
La ONG anticorrupción Transparencia Internacional, basada en Berlín, manifestó su preocupación sobre el fraude en la educación.
Según un informe, uno de cada seis estudiantes en todo el mundo sufrió intentos de soborno durante sus estudios.
“Es muy difícil decir si la situación ha mejorado o empeorado”, dice Poisson.
“Pero la lucha contra la corrupción tendría que ser una prioridad en la agenda”, concluye.