Los trabajadores de locales de comida rápida en cientos de ciudades de Estados Unidos iniciaron hoy un día de huelgas y marchas para exigir un salario mínimo más alto.
Los organizadores de las medidas dijeron que las mayores acciones se esperaban en Nueva York y Washington.
Los trabajadores quieren que el salario mínimo federal aumente de US$7,5 a US$15 la hora, alegando que la cifra actual no es suficiente para vivir. Los críticos argumentan que la duplicación del sueldo mínimo provocaría despidos.
En la Ciudad de Nueva York, donde unos 57.000 trabajadores de negocios de comida rápida ganan un promedio de US$8,89 la hora, los manifestantes realizaban el jueves un piquete en una sucursal de McDonalds desde poco después del amanecer.
En Washington, trabajadores federales contratados de un McDonalds ubicado en el interior del Museo Nacional del Aire y el Espacio, de la Institución Smithsonian, abandonaron sus tareas, y unas 150 personas se reunieron para realizar un piquete afuera del edificio.
Mientras McDonalds recauda toneladas de dinero de su contrato con el Gobierno federal, yo tengo que ir a trabajar caminando porque ni siquiera puedo pagar el boleto de autobús, dijo Alexis Vasquez en un comunicado emitido por los trabajadores del McDonalds del museo.
DESCONTENTO GENERAL Las manifestaciones del jueves se producen luego de protestas de trabajadores de Walmart en unas 1.500 tiendas de Estados Unidos en el Black Friday, el día posterior al feriado de Acción de Gracias del pasado jueves.
También hubo huelgas de trabajadores de locales de comida rápida en decenas de ciudades estadounidenses en agosto.
Los trabajadores del rubro dicen que el salario mínimo actual no está ajustado a la inflación, algo que el Congreso ha hecho desde el establecimiento del primer sueldo mínimo en 1938.
Además, dicen que se ven obligados a depender de asistencia federal para poder mantenerse a sí mismos y a sus familias.
Datos de la Oficina de Censos de Estados Unidos y programas de beneficios públicos muestran que un 52% de los cocineros, cajeros y otros empleados de locales de comida rápida dependían de al menos una forma de asistencia gubernamental entre 2007 y 2011, según investigadores de la Universidad de California-Berkeley y la Universidad de Illinois.
Algunos economistas también argumentan que aumentar el salario mínimo ayudaría a estimular la economía de consumo de Estados Unidos porque los trabajadores tendrían más dinero para gastar.