(EFE). En plena crisis del modelo de negocio editorial, James Frey encabeza el proyecto “Endgame: La llamada”, “una novela del siglo XXI”, según él, que además de abrazar las nuevas tecnologías esconde pistas para encontrar un premio de US$500 mil para el primer lector que resuelva el misterio.
“No me avergüenza decir que espero vender millones de copias con este libro y que tiene una vocación comercial. Eso no significa que yo sea un cínico que escribe pensando en una idea millonaria. Simplemente he intentado ofrecer al lector lo más guay que se me ha ocurrido”, dice el autor, que establece este concurso global y ha editado esta semana su libro simultáneamente en 30 países.
James Frey parece haber aprendido al lección e intenta dejar claras sus intenciones desde el principio. “Claro que es un proyecto comercial. Con Google, 20th Century Fox, Harper Collins y Cesar Palace poniendo dinero antes de empezar, ¿tú qué crees?”, asegura.
Una película, un videojuego, la ayuda de la geolocalización para seguir la aventura de “Endgame” en la vida real y hasta 50 cuentas en redes sociales que llevan creando legión de fans desde hace un año, para calentar la promoción de la obra, son parte del fenómeno “Endgame”, que será, además, una trilogía literaria: “La llamada” es solo el primero de tres actos.
Ahora, el recurso de sembrar en las páginas pistas para encontrar esos US$500 mil sería quizá lo más polémico en lo que podría ser interpretado como un recurso desesperado por atraer a un lector que, según afirma, cada vez se aburre más.
“Pero este dinero es mío. Lo podría haber puesto en un fondo de inversión, haberlo guardado para los estudios de mis hijos”, se defiende el autor, que comparte créditos con Nils Johnson-Shelton, pues el proyecto, además de un año de desarrollo literario, llevó 12 meses de búsqueda de empresas asociadas y 18 de desarrollo y coordinación de todas las plataformas.
“No me importa por qué se lea mi libro mientras se lea y se disfrute”, dice Frey, y asegura que descubrir ese misterio es “increíblemente difícil” (desde la editorial estiman que, en el mejor de los casos, se tardará unos nueve meses en atar los cabos) y que no tiene claro qué perfil de lector lo consiga.
“Ojalá sea un señor checoslovaco de 80 años o una mujer de 70 en Sevilla. Estoy convencido de que nos va a sorprender”, asegura.
Pese a toda la parafernalia que rodea este “Endgame”, Frey apela a que, en realidad, no deja de ser “una historia y unos personajes que enganchen al lector, que le hagan sufrir, asustarse, emocionarse... no poder dejar de leer en su cama por la noche”, dice.
Esta historia maneja hasta doce linajes milenarios que luchan entre ellos para sobrevivir eligiendo a un representante que esté preparado para una catástrofe inminente.
Una docena de civilizaciones antiguas a las que Frey hace un repaso histórico “no con la intención de educar sino de entretener, pero si a alguien le lleva a querer saber más de ellas, encantado”.