El COVID-19 ha afectado seriamente a la economía local. En línea con ello, hace una semana, la agencia Fitch Ratings rebajó la calificación de riesgo de la deuda gubernamental peruana en soles (de A- a BBB+) debido a una posición fiscal más deteriorada (más gastos y menos ingresos del Estado Peruano). ¿Cuál es el impacto de estas circunstancias sobre las tasas de interés de financiamiento de empresas localmente?
Para analizar esto, es necesario tener en cuenta que estas tasas tienen dos componentes: el costo de endeudamiento del Estado (tasa “base” común para todas las empresas) y el margen adicional (spread) de acuerdo con el riesgo crediticio (probabilidad de incumplimiento de sus obligaciones) de cada empresa y el plazo requerido de financiamiento.
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Respecto del primer componente (costo de endeudamiento del Estado), el impacto se estima poco significativo, considerando que alrededor del 50% de las tenencias de bonos soberanos está en manos de extranjeros. En estas circunstancias, los inversionistas usualmente ponen su atención en la calificación de la deuda en moneda extranjera (la cual no ha sido cambiada). Más aún, si comparamos la evolución reciente de las calificaciones de países de similar perfil de riesgo como Chile, Colombia y México (cuyas deudas en moneda extranjera sí experimentaron recortes en su calificación), Perú sale mejor posicionado. En un mundo en el que los inversionistas están llenos de liquidez (debido a las políticas expansivas de los bancos centrales) y ávidos de rentabilizar sus fondos, Perú aún sigue representando una buena combinación riesgo-retorno. Así, el índice de bonos soberanos de PiP Perú renta 3,40% (no anualizado) en lo que va del año y 6% desde fines de marzo (mes de caída generalizada en todos los mercados).
Sobre el segundo componente (margen adicional), la historia cambia. Cabe señalar que este efecto depende de la sensibilidad de cada empresa o sector productivo a la economía. Así, entre los sectores económicos más golpeados destacan turismo, hoteles, entretenimiento, micro-financieras, supermercados, inmobiliario, parqueos y construcción. De hecho, varios de los bonos de estos sectores ya han recibido rebajas de calificación de riesgo debido a problemas de liquidez y una posición de endeudamiento más frágil. Esto claramente ocasiona un mayor spread crediticio y, en consecuencia, un mayor costo de endeudamiento. En agregado, también la percepción de riesgo corporativo se ha incrementado. Así, los spreads de emisoras AAA a un plazo promedio (duración) de 5 años dentro del mercado de bonos locales en soles aumentaron de 1% a más de 2% sobre la tasa gubernamental. Con ello, el índice de bonos corporativos de PiP Perú en soles renta un modesto 1,7% en lo que va del año.
Mirando hacia adelante, se espera que los sectores económicos se reactiven de manera paulatina y, con ello, las empresas mejoren su posición financiera. En este contexto, se podría observar una progresiva reducción de spreads de acuerdo con la velocidad de la “reapertura”. Claramente, habrá algunos sectores que tardarán más en reactivarse (sobre-todo aquellos relacionados con reuniones sociales), los cuales deberán buscar re-perfilar sus deudas y aplicar estrategias de contención de crisis.
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