El gremio inmobiliario no espera que haya una dinamización del mercado de viviendas entre enero y marzo de este año, pese a la prórroga que ha dado el gobierno para el bono del buen pagador para viviendas de más de S/153.900. Follow @EconomiaECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
¿Qué opina de esta prórroga?Saludamos la decisión del gobierno de aplazar a marzo la medida. Nos parece una actitud muy positiva. Eso quiere decir que de alguna manera han escuchado las preocupaciones que han manifestado los gremios del sector. Esperamos podemos conversar de aquí a marzo para ver si la medida se termina implementando o se puede modificar de alguna forma.
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¿Qué cifras se manejaban si es que entraba en vigencia el 1 de enero?Los créditos que probablemente se hubiesen caído, pese a que estaban ya en el sistema financiero en un proceso de ahorro previo, habrían sumado entre 3.500 y 4.000 créditos. Esta cifra en el momento actual hubiera sido muy drástico, hubiera sido casi el 25% del total [en el segmento de vivienda formal].
El sector privado espera que haya una segunda prórroga…No esperamos una prórroga. De aquí a marzo, esperamos conversar y tener una posición concreta por dónde ir. Porque seguir parchando no lleva a nada. Seguimos pateando el desarrollo del sector. Queremos una definición concreta de qué vamos a hacer para llevar al sector vivienda a un desarrollo sostenido acorde a las necesidades del Perú.
Uno de los grandes problemas del Perú es la falta de suelos.El problema de la vivienda social se tiene que ver de forma integral: si yo soluciono el problema de acceso al crédito, tengo un problema de acceso a suelos; si soluciono el problema de acceso a suelos, tengo un problema de acceso al crédito. Tenemos que darle una solución definitiva. Por eso, hablamos de la necesidad de una política nacional de vivienda, en la cual los componentes indispensables son: el acceso al crédito; la necesidad de suelo –extensión de tierra y que se pueda construir sobre ese suelo, esto implica reconversión urbana—; saneamiento, donde el gobierno está siendo muy aplicado; [eliminar] la permisología.
¿Y cuál percibe que sea el avance al respecto?El gobierno está tomando conciencia de todos los problemas que hay. De alguna manera, está tratando de dar las medidas correspondientes. Creo que lo que falta es juntar todo y poner un objetivo determinado. El gobierno habla de 100.000 viviendas por año, pero para eso hay muchas formas de hacerlo. Yo le propondría al gobierno llegar al año 2021 con un objetivo de hacer 70.000 viviendas formales por año. Si el Estado lograse dar créditos vía el sector privado, fondeo propio u otros mecanismos que se usen a 70.000 viviendas al año al 2021, el Perú estaría dando un gran salto.
¿Qué se necesita para llegar a esa cifra?Generar suelo; reconvertir normas de construcción; planificación de ciudades de forma integral (transportes, agua y saneamiento, habilitación urbana); alternativas de generación de crédito hipotecario; y disminuir las trabas burocráticas para obtener los permisos.
El gobierno ha dado muchas normas sobre estos temas.Falta trazar un objetivo común. Así como tiene un objetivo de agua y saneamiento muy claro –que es indispensable—, en el campo de la vivienda el decir 500.000 viviendas por año no basta. Hay que poner un objetivo común, que sea acorde a lo que se puede hacer: lo que la banca puede dar, lo que el sector privado de desarrolladores puede hacer, y lo que se puede hacer desde el punto de vista del sector estatal, de ponerse de acuerdo con autoridades locales –en cuanto a reconversión—, y en función de eso decir cuál es el objetivo.
¿Cómo participa el sector privado ahí? En estos cinco meses parece que no ha habido mucha conversación entre el sector público y el privado. Yo no diría que no ha habido conversación. Si ha sido conversación eficiente o no, sería como se puede calificar. Ha sido una buena conversación, pero perfectible. En estos primeros cinco meses prácticamente el sector privado le ha descrito al gobierno la situación que tenemos, y el Estado ha dicho qué es lo que quiere hacer, y estamos tratando de ponernos de acuerdo en este punto medio de encuentro. Esto aún no se logra, pero es un buen camino seguir dialogando por lo menos tres meses más y tratar de llegar a un punto de confluencia.
¿Cuál es la expectativa que se tiene sobre el negocio inmobiliario para el 2017?Definitivamente, si el país crece a un ritmo de 4% como se espera, el sector que ha tenido un año muy malo en el 2016, por efectos estadístico, solo por rebote, tendrá un crecimiento positivo. A parte de lo que las obras de infraestructura moverán, vamos a tener un PBI de construcción positivo. En términos de vivienda, deberíamos esperar algo de repunte, pero no esperemos crecimientos grandes, ojalá sean de entre uno y cinco puntos de crecimiento de vivienda. Eso sería lo ideal. ¿Cuánto será hacia uno o cuánto hacia cinco? Depende mucho de qué tan rápido se terminen de dar todas las medidas y qué tan rápido se sienta más confianza en la población de que el país va hacia delante. En estos tres meses de prórroga que ha dado el gobierno, ¿considera que se dé mayor dinamismo en el sector a fin de que se vendan las viviendas y otorguen los créditos pendientes?Es un poco relativo. Mucho dinamismo se esperaría. Pero seamos claros… Haré un símil con Chile. Chile anunció a fines del 2015, que la venta de viviendas tendría un impuesto adicional al año siguiente. Entonces, antes del cierre de ese año, las ventas se multiplicaron. En teoría, lo mismo deberíamos esperar acá. Pero hay una ligera diferencia: en Chile el sector es formal. La gente tiene ingresos sostenidos, no tiene que demostrar ingresos como sí lo tiene que hacer acá. En el Perú la gente tiene que pasar por un ahorro previo. Entonces, no se tiene cómo acelerar ese proceso. Lo único que estamos logrando [con esta prórroga de tres meses] es que no se nos caigan [las ventas]. Esa es la gran diferencia entre una situación y la otra. Lo que hemos logrado es recuperar una bolsa de créditos que estaban en proceso de clasificación entre enero y marzo, que podrían ser desembolsados. Pero no hemos hecho más. No es que alguien entre ahora y consiga desembolsar un crédito hasta marzo. Muy pocos serán esos casos.