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AZUCENA LEÓN / @kahlo33JULIO ESCALANTE / @cinefilomnivoro
Cuando hace casi dos años la empresa chilena Armas ingresó al Perú con la compra del 50% de Doomo, esperaba estar en el 2017 entre las cinco inmobiliarias más grandes del país. Y aunque ese objetivo no ha variado, Cristián Armas ve el mercado de una manera distinta, con sus complicaciones y riesgos.
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En un escenario de desaceleración, ¿cuáles su balance del sector inmobiliario peruano?
El sector inmobiliario ha ido bastante mal en los últimos meses. Yo no creo que porque la economía esté creciendo poco, lo mismo debe pasar con el negocio inmobiliario. El rubro en Chile, Colombia, Ecuador, Brasil, Panamá y México está boyante, y son países donde la economía está creciendo la mitad que antes. Esto se debe a políticas públicas que promueven tasas de interés menores y una intervención del Estado para que los segmentos más bajos accedan a la vivienda. En Chile o Brasil, la economía no mejora, pero el sector inmobiliario crece en el orden del 10%. En el Perú en cambio el rubro decayó un 35%.
¿Qué acciones debería tomar el Gobierno Peruano?
En los segmentos más bajos, debería haber una intervención más fuerte del Gobierno para que esa gente pueda tener crédito. Aquí les piden que demuestren un ingreso formal, pero eso toma mucho tiempo. Brasil es tan informal como el Perú, pero su Gobierno da garantías que permiten que la banca preste. En el Perú, lograr créditos hipotecarios es muy difícil. El proceso de calificación para los segmentos más bajos es muy duro y las tasas son muy altas. En Chile las tasas andan entre el 4% y 5% para todos los segmentos, pero además el Banco del Estado le presta plata a la gente que normalmente no puede sacar créditos. Incluso el Gobierno, previendo que por efecto de la desaceleración podría haber una baja en la demanda, le inyectó fondos al Banco del Estado para que diera US$2.000 millones en créditos para vivienda.
¿Cómo ve su negocio en el país?
Seguimos creyendo en el Perú, porque el déficit habitacional es enorme. Hoy tenemos 21 proyectos, 13 en ejecución y 8 en cartera. Nos gusta que la política económica sea clara, pero con la falta de acción para impulsar este rubro estamos muy descontentos. Un sector inmobiliario boyante suma 2 puntos más al PBI y se está perdiendo esa oportunidad.
¿Con esto, cuánto han variado sus intenciones en el Perú?
Ha hecho que los proyectos para el segmento de Mivivienda los tengamos detenidos por ahora.
¿En otros segmentos no han dejado de tener proyectos?
En otros no. En proyectos para Mivivienda queríamos ser un operador importante. Pero mientras no se resuelva la exigencia de los bancos para la formalización de los clientes, este segmento está restringido.
¿Cuál era su objetivo con este segmento?
El plan era que representara en el 2017 un 40% de nuestra venta en el Perú.
Ha comentado que el Perú debió ser igual de agresivo con medidas como otros países, ¿siente que el Gobierno Peruano se ha quedado?
Sí, se ha quedado. A mí me gusta dar el ejemplo ecuatoriano. Tiene un sistema fantástico. Uno se mete en Internet y en 5 minutos tiene un crédito aprobado. En Ecuador y Colombia sus presidentes dijeron que sus locomotoras tenían que ser el sector construcción e inmobiliaria. Entonces dieron todas las facilidades para que el rubro funcionara.
¿Se siente decepcionado al ver que en el mercado peruano no se están tomando las mismas acciones que en otros países para dinamizar el sector?
No nos sentimos decepcionados, pero creo que el Gobierno está perdiendo una oportunidad. El otro punto, en el que también se debería intervenir es en Sedapal, que tiene que ser un actor relevante porque hoy es una barrera para el desarrollo inmobiliario al no generar certezas. Porque cuando uno quiere hacer un desarrollo urbano quiere que le digan cuánto le va a costar el agua, para comprar así un terreno y evaluarlos costos del proyecto, pero Sedapal eso no lo dice antes. En otros país este lo dicen con un certificado que tiene validez eterna y se cumple. Aquí no es así.
¿Con sus proyectos en el país van solos?
En cada uno de nuestros mercados invitamos a inversionistas, como compañías de seguros, fondos de inversión y family office. En Chile somos el operador más grande que trabaja con fondos de inversión. Aquí en el Perú operamos con un fondo por proyecto y los fondos son de Chile, Estados Unidos y cuatro locales. Por nuestra estructura de negocio, nos acompañamos con un fondo, porque son muy extensivos en capital.
¿El interés de estos fondos por invertir en el sector en el Perú se mantiene alto?
Sí, porque todavía las tasas de retorno son altas.
¿El nuevo escenario los ha hecho reconsiderar sus metas en el país?
En lo más mínimo.
¿Y cómo esperan convertirse igual en un protagonista del sector?
Migrando hacia proyectos en los segmentos B y C. El D lo estamos dejando de lado por ahora.
¿Han pensado ir a más distritos de segmentos emergentes donde aún falta desarrollar vivienda?
Nosotros por formación somos una empresa multiproducto y multizona. Trabajamos desde el segmento B+ al D, en casas, oficinas y departamentos. No tenemos un segmento específico como otras empresas. Donde haya la oportunidad de satisfacer una demanda y lograr rentabilidad, allí nos vamos. No tenemos fijación por algún lugar.
¿Pero tienen bancos de terrenos asegurados para proyectos en el B y C?
Tenemos muchas opciones tomadas y el tema de los terrenos para nosotros no es un problema. Una particularidad de nuestra empresa es que somos muy hábiles para encontrar terrenos.
La mayoría de inmobiliarias grandes de Chile ya estaban aquí antes que ustedes, ¿piensa que llegó un poco tarde o siente que sí fue un buen momento?
Siento que pudimos haber llegado tres años antes. Pero estamos tan contentos con nuestros socios –con Doomo cada uno tiene el 50%– que pienso que si tuviera otro socio quizá no estaría igual.
¿Hay posibilidades de que crezca su participación?
Estamos bien con lo que tenemos. Preferimos crecer juntos a que uno le coma un pedazo al otro.
¿Hay probabilidades de que puedan comprar otra empresa peruana?
No. Estamos bien así.
¿Cuándo vendrá el turno de proyectos en provincias? Tenían mucho interés cuando ingresaron al mercado peruano.
Primero se tiene que resolver el problema de acceso a créditos. En Chile, las provincias representan el 20% de nuestro negocio. Si en Lima hay problemas de formalización de la gente, en provincias es mucho más. Pero de que vamos a entrar lo vamos a hacer, porque el Gobierno tiene que resolver este problema, si no se le va a convertir en un problema político. Confiamos en que va a reaccionar. Sobre todo porque cuando un país tiene dificultad para crecer, los gobiernos normalmente empujan infraestructura y vivienda. Algo van a tener que hacer.
¿Hoy, cuáles son sus proyecciones como inmobiliaria?
Tenemos la capacidad para llegar a 25 proyectos en el 2017. Para el país es algo muy grande.
¿Y qué porcentaje de su negocio espera que represente el Perú para esa fecha?
Entre el 30% y 40%. Incluso podría llegar a representar la misma venta de Chile. Así de esperanzados estamos.
¿Cómo cree que el sector terminará en el 2014?
Igual o peor que el año pasado. Aunque ya ha comenzado a notarse una mejora, hay que esperar qué pasa el 2015.
En su plan de expansión también estaban buscando un tercer mercado, luego de Perú y Colombia, ¿ya decidieron dónde ir?
Estamos mirando a Ecuador como posibilidad, pero hoy nuestro esfuerzo está centrado en el Perú.