La pandemia ha traído innumerables cambios en el sector inmobiliario y, tal como venía sucediendo en el mercado de oficinas, el uso de sistemas de automatización también ha comenzado a tomar impulso en las viviendas, puntualmente en los nuevos proyectos de departamentos.
Así, encender y apagar las luces sin la necesidad de apretar un interruptor o abrir y cerrar y las cortinas mediante comandos de voz, son algunas de las funciones que hoy en día hacen que una vivienda sea considerada como ‘smart’ o “inteligente”.
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En ese sentido, las inmobiliarias han empezado a modificar sus proyectos, específicamente a nivel de acabados debido a que a raíz de la pandemia, según Oscar Barrena, CEO de Smart House Perú, “se han elevado los requerimientos para implementar acabados más tecnológicos”, abriendo camino al uso de sistemas de automatización en las viviendas.
Frente a este nuevo escenario, el ejecutivo asegura que el próximo año alrededor de 400 departamentos tendrán implementados algunos sistemas de automatización en su interior, siendo los distritos de San Isidro y Miraflores los de mayor demanda, sobre todo después de la pandemia.
“El 80% de la demanda se concentra en el segmento A, mientras que el otro 20% se divide en el B y C, pero a los 400 departamentos del 2021 se sumarán muchos más porque en el 2022 dos de cada cinco proyectos en el segmento A van a contar con sistemas de automatización”, afirma Barrena, quien considera que se trata de un “avance rápido” porque en el 2019 la métrica era uno de cada cinco proyectos. “Hoy se está duplicando”, añade.
En el caso del segmento C, el CEO de Smart House Perú avizora mayor potencial en distritos como Comas, Los Olivos y Chorrillos, en donde se ofertan proyectos con muchas unidades.
COSTOS Y POSICIÓN
Sobre la inversión necesaria para la implementación de un departamento ‘smart’, Oscar Barrena asegura que esta oscila entre US$ 12 y US$ 25 por m2 para los proyectos del segmento A, mientras que en el C, dicho monto fluctúa entre US$ 8 y US$ 10 por m2.
“Considerando que se tratan de paquetes a medida, la diferencia es que en los proyectos del segmento C se colocan sistemas de preautomatización y el cliente final tiene que colocar los sistemas adicionales para controlar la iluminación o el encendido de algunos artefactos, mientras que en el A se colocan sistemas de automatización básicos que controlan la iluminación y las cortinas en los ambientes sociales básicos como la sala y el comedor”, afirma.
En ambos casos, los sistemas son expandibles y los clientes finales pueden hacer una especie de ‘upgrade’ en otros ambientes del departamento.
“Al instalarse una central de automatización, el sistema es escalable a cerraduras inteligentes, sistemas de audio o televisión y hasta aire acondicionado, que pueden controlarse mediante comandos de voz”, explica haciendo la salvedad de que la inversión adicional varía mucho y puede requerirse entre US$ 2.000 y US$ 10.000. “Todo dependerá de lo que se quiera controlar”, asegura.
Según Barrena, esta nueva tendencia viene siendo aplicada con anterioridad en otros países como Brasil, en donde dos de cada cinco proyectos de viviendas ya cuentan con un sistema básico de automatización, en tanto que en Colombia la cifra es de 1,5 y Argentina se ubica igual que Perú con uno de cada cinco.
“Vivir en un inmueble ‘smart’ está cada vez más cerca y además de permitir llevar una vida digitalizada, facilitará los procesos tanto del trabajo como del día a día en una familia”, anota.