Benjamin Edelman, profesor de Harvard Business School, resaltó que la crisis de Uber no se resolverá apartando a Kalanick ni a cualquier otro ejecutivo, pues el problema es su “ilegalidad fundamental”.
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El especialista señaló, en un artículo publicado en la edición online de “Harvard Business Review”, que los conflictos con la plataforma parten de su modelo de negocio, que incentiva la circulación de vehículos sin autorizaciones comerciales, lo que rompe las leyes en diversos países. Para Edelman, Uber y otras empresas con sistemas similares deben ser sancionadas.
“Desde su fundación, Uber ha ofrecido literalmente miles de viajes en miles de jurisdicciones. Las multas y sanciones podrían llegar fácilmente a cientos de dólares para cada uno de esos viajes”, resaltó Edelman.
UN SISTEMA “PODRIDO”En su análisis, el experto destacó que aunque Uber ha terminado siendo el mayor difusor de un sistema que evita cumplir con las regulaciones, fue Lyft —la mayor competencia de Uber en Estados Unidos— la que dio inicio a la admisión de vehículos no comerciales en la plataforma de servicio de transporte.
“Uber inicialmente proporcionó servicio sólo a través de coches negros licenciados debidamente permitidos para ese propósito. Pero Lyft comenzó a ofrecer un servicio más barato con los coches regulares, a lo que Uber tuvo que responder. En un notable anuncio de abril de 2013, Kalanick admitió que los conductores ocasionales eran ilegales, calificando el enfoque de Lyft de ”bastante agresivo“ y ”no licenciado“, mencionó Edelman.
Con lo declarado por el ex CEO de Uber, para Edelman era claro imaginar que Uber presentaría una demanda o queja reglamentaria en aquella época, tratando de detener la competencia desleal de una empresa “apoyada en la ventaja de romper la ley”. Pero lo que terminó pasando, explico, fue la adopción de este sistema por parte de Uber, a lo que su competencia supo responder. “Sabiendo que Uber usaría vehículos sin licencia, los competidores lo hicieron también, para no quedar atrás. En la normalización de las violaciones, por lo tanto, Uber ha cambiado todo el negocio del transporte urbano y ha dado ejemplo a otros sectores”, resaltó el especialista.
Explicó además que, a través de esta manera de operar, lo que Uber ha conseguido es “institucionalizar el uso de vehículos ordinarios para otros fines”, lo que implica no tener que pagar por seguros comerciales, registros comerciales, placas comerciales, licencias de conducir especiales, verificaciones de antecedentes, inspecciones específicas y otros diversos gastos. Edelman precisó que con estos ahorros, Uber aprovechó una enorme ventaja sobre los taxis y los servicios de autos tradicionales.
“Los menores costos de Uber trajeron precios más bajos a los consumidores, con la consiguiente popularidad y crecimiento. Pero este uso de los vehículos no comerciales era ilegal desde el principio”, dijo.
Más adelante, el experto añadió que las capacidades más distintivas de la firma se centraron en defender su ilegalidad mediante personal mal capacitado, procedimientos y sistemas de software que habiliten las operaciones entre usuarios y conductores, para así “presionar a reguladores y legisladores, creando un desastre político para cualquiera que cuestionara el enfoque [de la empresa]”.
De acuerdo al académico, la cantidad de abogados con los que Uber contó trajo argumentos perfeccionados de disputas anteriores. Agregó que frente a los problemas que se fueron presentando en diversas jurisdicciones, los publicistas de Uber presentaron a la compañía como el epítome de la innovación, descalificando a aquellos que criticaban el modelo y reduciéndolos a “títeres atrapados en el pasado”.