La Política Nacional de Competitividad y Productividad (PNCP), publicada el 31 de enero de 2018, define objetivos prioritarios (OP) y lineamientos de política (LP), que deben servir como marco para el diseño e implementación de intervenciones públicas que busquen mejorar la productividad.
Cabe resaltar que este artículo no hace un análisis exhaustivo de la PNCP, únicamente presenta dos aciertos importantes y dos retos para su ejecución.
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El primer acierto es la inclusión del enfoque de gestión de riesgos de desastres naturales (GRD) dentro del pilar de infraestructura. El LP 1.2 señala que la programación de inversiones debe tener un enfoque “resiliente a desastres naturales y vulnerabilidad ante el cambio climático”.
La importancia de utilizar el enfoque de GRD de manera preventiva en proyectos de infraestructura es relevante para evitar pérdidas humanas y materiales. Por ejemplo, después del sismo que afectó Chincha, Pisco, Ica y Cañete en 2007, APOYO Consultoría cuantificó los daños sufridos por los sistemas de agua y alcantarillados en esas zonas en S/77,3 millones.
Pero, además, estimó que si las Entidades Prestadoras de Servicios de Saneamiento hubieran utilizado materiales antisísmicos en su construcción y realizado labores regulares de mantenimiento a esos sistemas se hubiera evitado el 96% de esa pérdida.
Otro acierto es haber considerado el fomento del uso de estándares de calidad como lineamiento de política. El texto de la PNCP menciona que entre las empresas “persiste el desconocimiento sobre las ventajas de la certificación, normalización, metrología y acreditación” en los procesos de producción (página 65).
Según el INACAL, en Perú, el número de empresas con certificación ISO 9001 es de 8 por cada 10 mil empresas, mientras que en Argentina es 112 y en Colombia 104. Adicionalmente, en un trabajo sobre la oferta de servicios de calibración realizado en 2015, APOYO Consultoría encontró que solo 35% de laboratorios que ofrecían esos servicios calibraba sus equipos y solo 8% poseía algún tipo de certificación.
La inclusión de la facilitación de aplicación de estándares de calidad, mencionada en el LP 6.2, está orientada a solucionar este problema, de suma importancia para mejorar la competitividad del país.
Un reto que enfrenta la PNCP es la necesidad de articulación entre sectores y niveles de gobierno tanto para el diseño del Plan de Acción de la PNCP como para su ejecución. Tal como se menciona en la página 11, “el desarrollo pleno de la política depende de una eficiente coordinación y cooperación intersectorial, interinstitucional”. También hace explícita esa necesidad en el LP 8.3.
Sin embargo, esfuerzos pasados muestran que lograr esa coordinación es complicado. La experiencia del Fondo para la Inclusión Económica en Zonas Rurales (FONIE), así lo muestra. El FONIE buscaba priorizar la ejecución de proyectos de varios tipos infraestructura en simultáneo o en “combo”, pero a pesar de la disponibilidad de recursos, no logró que esto suceda: solo el 2% de los proyectos implementados con el fondo involucró más de dos tipos de infraestructura, y el 68% involucró solo un tipo. Entre otros factores, la dificultad de coordinación entre diferentes niveles de gobierno y sectores explica esos resultados.
Finalmente, el reto más importante, será generar espacios en los que el diálogo entre el sector privado y público sea constante, transparente y se materialice en acciones concretas.
Las mesas ejecutivas son una alternativa, pero dada la importancia de la acción privada para todos los pilares, son necesarios mecanismos de diálogo alternativos efectivos. La rendición de cuentas sobre los avances en el desarrollo de la PNCP podría contribuir a ello.