Últimamente, pareciera que la actitud del ministro Arista proviene de un mix letal para cualquier profesional, pero más aún para un funcionario público: hartazgo y apatía. Quien escuche solo algunas de las declaraciones públicas que ha realizado durante este año el señor Arista, podría quedarse con la inequívoca sensación de que el ministro ha surfeado los obstáculos propios del cargo –un tanto en solitario– con la ayuda de la inercia, y que en este momento, como se dice coloquialmente, “ya todo le da un poco igual”.
Hace tan solo 4 meses, en agosto, el ministro Arista aseguraba en una conferencia que terminaríamos el año con un déficit fiscal de 2,8% del PBI. El BCR proyecta 3,7%. Incluso, también esta semana, el titular del MEF se mostró a favor de la idea de cambiar las reglas fiscales en aras de buscar recursos para cerrar las brechas de infraestructura. Cuestionable. Nuestra estabilidad macroeconómica ha dependido en buena parte de no gastar mucho más de lo que tenemos. Si bien el crecimiento económico no es un problema y según las últimas proyecciones, no lo será –en parte, por los buenos precios que se esperan para los metales–, lo que resalta de la actual gestión del MEF es su inacción ante un gasto corriente rampante y su expresa negación a combatir iniciativas legislativas como el retiro de AFP, por considerarla una “batalla casi perdida” (abril 2024).
Habiendo entonces tanto por hacer, no se explica por qué el ministro Arista, a días de acabar el 2024, es noticia por sus exabruptos. La semana pasada llamó “odiosa” a la periodista Carol Gonzáles que le consultó sobre Petro-Perú, y calificó de “inepto” al presidente del Consejo Fiscal, Alonso Segura, en una entrevista brindada a Semana Económica. Aunque siempre se puede pedir disculpas, como lo ha hecho el ministro más de una vez, el ser reiterativo en el error demuestra un nulo propósito de enmienda. “Es una cuestión anecdótica [...] Mis disculpas a Carol, fue una frase de repente no con mucha suerte, pero yo lo dije en buena onda”, comentó el ministro Arista en una entrevista en TV Perú tras el incidente ocurrido en Cusco. Lo mínimo que se le puede exigir a una cartera tan importante y sensible como es el MEF, es seriedad y respeto.