Años antes de que Yuqing “Candice” Zhang, de 20 años, llegara a Estados Unidos desde Baoding, China, para estudiar en la universidad, su familia venía preparándose para la inversión que significa estudiar en el extranjero.
La organización previa fue crucial, incluso antes de llenar las planillas de inscripción. Zhang estimó que su familia gastó el equivalente a US$2.000 sólo en la preparación de la postulación, lo que equivale a dos años de matrícula en algunas universidades chinas.
Para empezar, Zhang tuvo que volar a Hong Kong para tomar el SAT, un examen de admisión requerido por las universidades estadounidenses, ya que en China no está disponible. Y si bien Zhang había tomado clases de inglés desde la escuela primaria, tuvo que hacer un curso de formación específica para el SAT, lo que implicó un costo adicional.
COSTOS QUE SUMAN “Para nosotros, fue realmente difícil tomar la decisión de estudiar afuera”, dijo Zhang, quien ahora cursa su segundo año de una especialización en publicidad en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign.
El viaje de 24 horas de regreso a China dos veces por año suma otros US$4.000 de costos de viajes internacionales que los estudiantes que se quedan cerca de casa no tienen que considerar.
En 2013 había 55.000 estudiantes internacionales matriculados en universidades estadounidenses, un aumento del 40% con respecto a los últimos 10 años, según el informe “Open Doors”, publicado por el Instituto de Educación Internacional.
El incremento vino de la mano de estudiantes procedentes de países de Asia y del Medio Oriente, incluyendo muchos de China y Arabia Saudita, según ese mismo informe. Actualmente, en las universidades europeas como la KU Leuven en Bélgica y la Universidad de Maastricht en Holanda, cerca del 50% de los estudiantes provienen de países fuera de la Unión Europea.
Los extranjeros que quieren asistir a universidades estadounidenses y europeas pueden enfrentar 10 veces más altos que sus congéneres que deciden asistir a una universidad local.
Sin embargo, en estos tiempos en que cada vez más padres piensan en enviar a sus hijos a estudiar al extranjero, el precio de la matrícula es sólo un factor a considerar. También es importante tener en cuenta el apoyo cultural para estudiantes internacionales y la solidez de las asociaciones de egresados de cada universidad.
Si usted planea enviar a su hijo a estudiar al extranjero, es fundamental planificar con al menos cinco años de anticipación. Aquí le explicamos cómo.
CINCO AÑOS ANTESLa mayoría de los padres saben que tienen que comenzar a ahorrar para la universidad mucho antes de que el niño llegue a la escuela secundaria, pero en algunas partes del mundo, incluyendo Filipinas, esto es absolutamente crítico, dice Efren Cruz, un planificador financiero radicado en Manila.
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En algunas partes de Asia y África los costos de estudiar en el extranjero pueden resultar 40 veces más altos que la escolarización local y no se dispone de ayuda financiera. Aún así, muchas familias dicen que vale la pena, porque recibir una educación afuera puede darle una ventaja competitiva al profesional que regresa a una economía emergente.
El idioma es uno de los primeros costos a presupuestar con anticipación. Varios años de clases adicionales de inglés o matemáticas pueden colocar en una mejor posición al prospecto de estudiante durante el proceso de postulación.
En Filipinas, un profesor particular de matemáticas para preparar el SAT puede costar entre 250 y 500 pesos filipinos (US$6 y US$12) por hora. En China, el costo de un profesor de matemáticas para el SAT puede ascender a 250 yuanes (US$40) por hora, según Universitytutor.com, un sitio que ayuda a los estudiantes a encontrar profesores.
¿De dónde sacar el dinero? A estas alturas, Seth Wee, un analista de inversiones radicado en Singapur, recomienda elegir inversiones menos riesgosas y considerar las alternativas de inversión disponibles a nivel local.
Por ejemplo, Singapur ofrece pólizas de seguros de vida que cubren a los padres hasta que los hijos sean considerados adultos, punto en el cual se les devuelven las primas a los padres.
Este tipo de póliza puede funcionar para muchas familias de potenciales estudiantes internacionales ya que “sirve como una herramienta de ahorro y también como un seguro para recibir un pago que debería asegurar que el hijo sea capaz de costear los estudios universitarios, en caso de que sus padres fallezcan antes de haber logrado ahorrar lo suficiente”, explica Wee.
ENTRE TRES Y CUATRO AÑOS ANTESDado que los costos de la universidad varían enormemente -incluso dentro de un mismo país-, fijar un presupuesto semestral con sus hijos ayudará a guiarlos en términos de dónde postular, dice David Allen, un consejero universitario radicado en las Islas Orcadas en Escocia.
“Algunos padres no quieren hablar con sus hijos acerca de lo que pueden pagar”, señala. “No quieren admitir que pondrían a la familia en dificultades financieras”.
Una buena manera de compensar algunos gastos puede ser buscar una beca, pero no cuente con que recibirá ayuda financiera adicional, dijo Cruz.
“Si efectivamente consigue una, es un bono”, dijo. Sin embargo, es cierto que muchas universidades ofrecen algún tipo de ayuda financiera para estudiantes internacionales, con el fin de asegurar la diversidad del cuerpo estudiantil.
Lo mejor es que siente con su familia, y tal vez con un planificador financiero, para elaborar un presupuesto razonable para los gastos de matrícula, viajes y postulación. De esta manera podrá ajustar sus ahorros o incluso considerar tomar un trabajo temporal a tiempo parcial, para redondear el presupuesto.
Una vez que tenga una cifra en mente, comience la búsqueda. Lo mejor es empezar unos tres años antes de la universidad. Pida información acerca de las matrículas para estudiantes internacionales y posibles becas, y pregunte si un estudiante que reside en el lugar podría pagar las tarifas locales luego de haber asistido a la universidad durante un cierto número de años.
DOS AÑOS ANTESCon frecuencia, las familias que planean enviar sus hijos al exterior contratan a un asesor un par de años antes de empezar la universidad, asegura Allen, quien trabaja con estudiantes de Europa y América del Sur.
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Recibir asistencia durante el proceso de postulación puede ayudar a los aspirantes a entender las complejidades del proceso, dice Luiza Santos, de 22 años. Nativa de San Pablo, Brasil, Santos ha postulado a 14 universidades estadounidenses este año, incluyendo algunas de la liga Ivy.
Santos pagó alrededor de US$3.000 a un consejero universitario para recibir ayuda con los formularios y la redacción de ensayos, que le resultaban difíciles de escribir en inglés, que no es su lengua materna, según cuenta.
El consejero “me ayudó a pensar creativamente”, dice Santos, cuyo presupuesto para asistir a una universidad en Estados Unidos asciende a unos US$60.000 anuales.
La aspirante también tuvo que explicar a sus profesores en Brasil cómo escribir una carta de recomendación personal para sus postulaciones, ya que en el país esto no es común.
Adicionalmente, este es un buen momento para pensar en un plan sólido de pago de la matrícula. La mayoría de las universidades no ofrecen financiamiento internacional o préstamos, pero los padres pueden obtener préstamos para la educación en sus países de origen.
“Sepa que va a estar pagando un rato largo”, dijo Cruz.
En este punto, los estudiantes deberían tomar cursos que los ayuden a aprobar los exámenes de ingreso internacionales como el TOEFL, que demuestra el dominio del idioma inglés, los SATs estadounidenses, el Baccalauréat francés o el Abitur alemán.
UN AÑO ANTESAproveche este año para planificar cualquier requerimiento adicional y no deje la postulación para última hora, dicen los expertos.
Aunque ya haya ahorrado para la matrícula, es importante pensar en la vivienda, costos de postulación, viáticos, alquileres de auto, la compra de una nueva computadora portátil o de un teléfono antes de partir a la universidad, y establezca cuántas veces puede volar a casa el estudiante.
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Configure alertas de boletos aéreos para encontrar las mejores ofertas para viajar a la universidad cuando llegue la hora. Unos pocos meses antes del comienzo del semestre, abra una cuenta en el país de destino y asegúrese de apartar fondos para cubrir los primeros libros y los gastos iniciales, más un pequeño colchón para imprevistos. Pagar desde una cuenta internacional puede implicar pagos bancarios adicionales.
Algunas universidades piden una cuota no reembolsable de US$400 para reservar el cupo una vez recibida la aceptación. Esté preparado para ese gasto.
Haga tiempo en su agenda para poder ocuparse de las necesidades de último momento, como conseguir una visa de estudiante. Eso puede llevar tiempo y generalmente debe realizarse en el último minuto.
Santos, una jockey que quiere especializarse en medios de comunicación relata que, al igual que muchos estudiantes internacionales, para solicitar la visa necesita una carta formal de inscripción a la universidad elegida.
“Entonces no queda mucho tiempo”, dice. “Tienes que planear esta mudanza enorme en apenas un par de meses”.