No solo nacen precocidos, como dice la abuela, sino que desde chiquititos manejan cualquier aparato tecnológico de moda con más destreza que todos los adultos presentes en la habitación y, por si fuera poco, los entretienen más que el mejor de los juguetes.
El problema para los padres surge cuando el benjamín emite su pedido formal, con o sin llanto berrinchudo, del teléfono propio.
”YA ESTOY GRANDE”
Mientras no cumplen los cuatro años es fácil decirles que su teléfono propio es ese de Barbie (o de las tortugas Ninja) que le regaló el otro día la abuela, pero una vez que pisan el nido saben perfectamente que para hablar con mamá hace falta tener una línea telefónica en Claro, Nextel o Movistar. “Ya estoy grande”, argumentan en su media lengua a favor de sus deseos y surge la duda de si conviene o no comprarlo.
¿Qué dicen los entendidos al respecto? La Academia Americana de Pediatría y la Sociedad Canadiense de Pediatría, junto a los más destacados investigadores británicos, aseguran que no es conveniente la sobre-exposición de los niños pequeños a las ondas electromagnéticas que recibe y emite el celular mientras el cerebro está en desarrollo, es decir hasta antes de los 8 años.
De hecho, durante los dos primeros años de vida es preferible evitar el contacto y no superar las dos hora de exposición cuando se tiene menos de 5 años. Usar el teléfono de papá para jugar un rato o hablar con mamá al trabajo desde el celular de la nana no es nocivo, pero dejarle uno de esos aparatitos para jugar todo el día a sus anchas está desaconsejado.
”TODOS TIENEN UNO BIEN LINDO”
Ya en etapa escolar los clamores son más insistentes, sobre todo porque se encuentran con niños que tienen el último smartphone lanzado al mercado en el bolsillo de la mochila. De iPhone a Galaxy para arriba pedirán, como si de un juego de Play Station se tratara.
Uno siente tranquilidad al pensar que podrá llamarlo para verificar si lo recogió la movilidad o que él avisará pronto si un niño grande lo está molestando en el recreo. Pero para esas comunicaciones no necesita el modelo más caro: basta un procesador doble núcleo, metal resistente a caídas, un protector o carcasa del personaje animado favorito para alargar la vida ante los inevitables golpes y una batería de muy larga duración. Un smartphone de gama básica o media -bien decorado- es más que suficiente.
“YO TAMBIÉN QUIERO”
Una vez decidida la compra y definida la categoría (máximo S/.800), toca el momento de elegir. De entrada, además de buscar un modelo pequeño acorde a sus dedos chicos, es importante evaluar la capacidad de reproducción gráfica del equipo(HD) para que se pueda jugar sin contratiempos. Luego es conveniente que tenga una cámara (5 megapíxeles) y audio decentes, porque esta generación digital es de alto consumo audiovisual. El GPS también es de mucha utilidad, sobre todo porque permite tener rastreado donde está el niño. Lo demás es accesorio.
”YO NO FUI”
La principal razón por la que no es muy recomendable darle un celular propio a un puber (menos de 13 años) tiene que ver con la seguridad. Si un programa espía infecta el equipo tienen acceso a datos privados de la familia que pueden usar los delincuentes para planear secuestros, hurtos y hasta chantajes con fotos comprometedoras fruto de alguna travesurita.
Cada quien conoce sus pescados, como reza el dicho, y es la madurez del niño para comprometerse a no contestar a desconocidos requisito escencial. Mientras llegan a ese nivel de responsabilidad, puede ser muy útil instalar en el iPhone 5C o en el Galaxy S5 que hay en casa una herramienta que permite utilizarlo en “modo privado” cuando ellos lo tienen.
En dichos equipos se puede crear un ecosistema seguro con material acorde a la edad del niño. Desde Nextel, además, nos recomiendan descargar programas de protección para usuarios infantiles. Para la plataforma Android tenemos Kids Zone Parental Control, Kids Place y Android Parental Control. En Apple está Zoodles y Norton Online Family. Windows tiene el Rincón Infantil.
”YA NO TENGO SALDO”
Con los grandes sucede igual que con los chicos: mientras más saldo tengo, más lo uso. ¿Conviene que el niño deambule por casa, parques y colegio, pegado a una pantalla de cuatro pulgadas todo el día? Una manera de evitar adicciones es graduar sus accesos con planes prepago o postpago pero con un límite de gasto. Para los más chicos basta con S/.30 para acceso a mensajería instantánea, WiFi en casa para Youtube y llamadas ilimitadas solo a mamá, papá o la abuela. Los excesos pueden pasarnos la factura vía decenas de terapias de aprendizaje, socialización u otros.
¿Y SI NO TENGO OTRO REMEDIO?
Si luego de evaluar sus circunstancias particulares ha decidido que por propia seguridad y tranquilidad de los padres es imprescindible darle al niño menor de ocho años un teléfono móvil , estos son los puntos de venta que le recomendamos para su búsqueda:
► Mercados alternativos. Existen algunos equipos (por ejemplo el de firefly) diseñados para niños pequeños pero no los venden los operadores y son escasos. Son celulares sin forma de acceder a Internet, sin pantalla táctil y solo cinco botones que sirven para llamar a números grabados por anticipado. El niño solo podrá llamar a mamá, papá, abuelos, emergencias y listo. Puede buscarlos en galerías como Wilson o probar de pedirlo a tiendas como RadioShack.
► Internet. Si entra a páginas como Mercado libre o eBay.com puede encontrar modelos de teléfono gps para niños pequeños. Son caros y muy parecidos a los descritos antes.
► Importar. Si viaja a Europa o China puede preguntar en las tiendas por este tipo de equipos. Algunos países como Gran Bretaña los han prohibido, pero otros países no. Allá pueden encontrarlos en un 30% o 50% más baratos.