El ahorro se ha convertido en un reto para quienes buscan alcanzar objetivos a futuro. Por ello, el director ejecutivo de Prestaclub, Luis Alexis Sánchez, visibiliza siete malos hábitos que las personas deben evitar para poder guardar su dinero a futuro.Follow @PortafolioECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
1. FALTA DE PLANIFICACIÓN
El mal ahorrador es aquella persona que no sabe si al final del mes va a tener dinero en el bolsillo o va a estar preocupado tratando de cubrir sus gastos. El mal ahorrador no tiene visibilidad de lo que va a ser su futuro financiero.
2. MÁS GASTOS QUE INGRESOS
El mal ahorrador, al no tener ningún registro de sus gastos ni un presupuesto que lo guíe, usualmente consume de manera aleatoria y emocional. Por eso es frecuente que sus gastos superen sus ingresos, por lo que suele recurrir al endeudamiento para tapar los huecos, y a veces el endeudamiento se hace insostenible.
3. VIVIR EL PRESENTE SIN CONSIDERAR EL FUTURO
El mal ahorrador no suele pensar en el futuro, nunca planifica, vive el presente y valora mucho el consumo de hoy, mas no el impacto de sus decisiones en el futuro.
4. NO PREVER ESCENARIOS ADVERSOS
Nunca considera escenarios negativos, como pérdida de trabajo, ausencia de cachuelos, recorte de utilidades, etc. por lo que, de ocurrir, le implicaría afrontar un desbalance financiero total. No contempla, por ejemplo, perder el empleo o pasar por una enfermedad o apuro que requerirá de dinero para afrontarlos adecuadamente.
5. NO DIVERSIFICAR SUS FUENTES DE INGRESO
El mal ahorrador depende de una sola fuente de ingresos. No busca otras posibilidades de diversificar su dinero por lo que lo vuelve muy dependiente a esa única fuente, perdiendo libertad y capacidad de negociación.
6. NUNCA INVERTIR
El mal ahorrador dispone de su dinero para efectuar gastos más no inversiones. Solo se dedica a comprar productos o servicios que le generen un gasto y que a futuro no representen ningún retorno de inversión.
7. AHORRAR SIN PROPÓSITO
Ahorrar sin un propósito sin una cifra “meta” y solo ahorrar con la idea que ese dinero puede servir para un momento de “emergencia” no funciona. Un ahorro efectivo debe tener un propósito, que sirva para lograr o alcanzar un objetivo de vida. El ahorro “per se” carece de sentido.