A muchos nos ha pasado. Hemos adquirido más deudas de las que podemos pagar: préstamos para la educación, préstamos para comprar una vivienda, préstamos para pagar esas lindas vacaciones en el Caribe.
A medida que nos convertimos en una sociedad sin efectivo, es más fácil sacar la tarjeta de crédito para pagar un croissant y un café en lugar de escarbar los bolsillos en busca de billetes. En muchos sentidos, la deuda está relacionada con la comodidad.
Pero, ¿qué sucede si siempre nos quedamos sin dinero antes de llegue el fin de mes?
Nos dirigimos al sitio de preguntas y respuestas Quora para recibir algunos consejos sobre si realmente vale la pena estar libre de deudas. Esto es lo que algunos de los encuestados respondieron sobre el endeudamiento.
¿QUÉ TIPO DE DEUDA?A esa pregunta candente “le falta un calificador importante: el tipo de deuda contraída”, dice Konstantinos Boulis, científico de decisiones de Microsoft.
“La deuda de consumidor se debe evitar como la peste. Cuando uno compra algo que vale US$100 y lo paga en un año, termina pagando, en promedio, alrededor de US$120. Esto es, sencillamente, una tontería: pagó un 20% más”.
La deuda de inversión, continua, es “totalmente diferente y conviene tomar decisiones controladas sobre en qué invertir y en qué no. Conseguir una hipoteca con una tasa de porcentaje anual a 30 años del 3,5% probablemente sea un muy buena idea, si las circunstancias son adecuadas”.
Si todavía piensa que la deuda es mala, “entonces está bien, podrá dormir mejor por la noche”, agrega.
“Sólo que la cama puede no ser tan cómoda y su casa más pequeña de lo que siempre quiso”.
UNA HERRAMIENTA ÚTILEn algunos casos, la deuda debe ser aceptada como una manera de crear una vida formidable, opina Jeremy Karmel, fundador de @DoBetter.
“Para muchas personas, la deuda es una herramienta extremadamente útil para alcanzar ese objetivo”.
Karmel sostiene que el costo de la educación, por ejemplo, justifica el endeudamiento. “Si usted quiere ser un doctor o un abogado pero no viene de una familia muy rica, es difícil poder lograrlo sin tener que pedir prestado dinero para la universidad”.
“Contraer una deuda es un GRAN compromiso” agrega. “Uno debe tener un plan realista para poder devolver el préstamo”.
“Por otra parte -señala-, para muchas personas pedir un préstamo es extremadamente liberador, pues les permite alcanzar sus sueños muchos años antes de lo que hubieran podido de otro modo”.
UNA OPORTUNIDAD IMPERDIBLE
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Uno debería comprar las cosas que necesita en el momento que más las necesita, opina Vivek Nagarajan, quien se describe como codificador, motociclista, mecánico y carpintero, entre otras cosas.
“Pedí dinero prestado para comprar una moto”, cuenta. “Pedí dinero prestado para ir a vivir en un país lejano para casarme con la persona que amaba. Pedí prestado para varias cosas que me dieron mucha alegría, como tomar un mes de descanso y montar una moto en Ladakh durante 18 días”...
La lista continúa.
“En definitiva, durante los últimos 10 años he estado en una constante deuda crediticia”, resume.
“Pero mis ingresos siempre han sido suficientes para cubrir mis pagos, y aunque he pagado una prima de alrededor 20% por intereses y comisiones, mis ingresos se han multiplicado por un factor de 10 o 1000% desde el año 2003, por lo que la matemática trabaja a favor de comprar ahora y no preocuparse después”.
“Si hubiera pospuesto mis compras hasta poder ahorra lo suficiente, habría sido demasiado tarde y una gran pérdida de tiempo”.
MEJOR JOVENMarc Bodnick, quien lidera el equipo de negocios y comunidad de Quora, puntualiza que la conveniencia de una deuda puede depender de la edad.
Cuando alguien es joven y recién comienza su carrera, contraer una deuda es más aceptable. Pero con el tiempo, una vez que tenga una mayor capacidad de obtener ingresos, debería evitarse.
“La deuda puede ser limitante. Le impide tomar buenas decisiones sobre su vida a largo plazo. Si uno quiere tener la capacidad de arriesgarse y perder (más de una vez), el tener deudas impide poder tirar los dados”.
ANALIZANDO LOS NÚMEROS
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Todo depende de si su retorno de dinero es mayor que el costo, según el empresario de tecnología Gil Eyal.
“En pocas palabras, si uno pudiera pedir un préstamo con una tasa del 2% y tuviera certeza de ganar un 5%, debería tratar de contraer la mayor cantidad de deudas posibles”, explica.
“En realidad, esto no es tan descabellado. Si usted es un gran inversionista de bienes raíces, por ejemplo, siempre tratará de financiar parte de sus acuerdos con una deuda de bajo costo, a sabiendas de que está haciendo dinero con el dinero de otras personas e incluso repartiendo el suyo propio en más acuerdos”.
UNA PERSPECTIVA CULTURALEl inversionista de riesgo Jett Fein ofrece una perspectiva diferente.
“Depende de lo que uno considera que es una deuda”, sentencia.
“Diferentes culturas tienen puntos de vista radicalmente diferentes sobre la deuda. Los Tiv de África Occidental tienen una de las perspectivas más interesantes de las que conozco: para ellos, el endeudamiento es bueno, pues implica que uno tendrá relaciones interpersonales largas y duraderas”.
ESCLAVIZANTE
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Algunos de los encuestados tienen una postura más moralista y sostienen hay que evitar endeudarse a toda costa.
“La deuda es esclavitud”, para el diseñador cultural Brian Fey. “Es mejor morir siendo libre que vivir como esclavo”.
Y Amadasun Efe, cofundador de adloopz.com, compara a la deuda con escalar una montaña cargando una mochila repleta de piedras. “Cuanto más grande es la deuda, más grandes son las rocas”, escribe. “Muy pronto la fuerza que hala hacia abajo es insoportable, y a partir de ahí todo va cuesta abajo”.
“Todos avanzan más rápido que uno porque no hay nada que los retenga. En cierto sentido, son libres. Uno se convierte en un esclavo físico y mental de la deuda que lo aplasta. Sólo se puede pensar en cómo deshacerse del peso en su espalda, porque se convierte en una obsesión enfermiza”.
Pero la libertad, dice Efe, es totalmente distinta. “De repente, uno está en un estado mental en el cual todo parece posible. Los obstáculos no son más que un concepto, no una realidad; y puede pensar sin inhibiciones. Es evidente que es mejor. Es digno. Es estar realmente en control”.