La jefa del gabinete, Violeta Bermúdez, anunció esta semana la creación de un viceministerio de educación. Pero no todos han coincidido en calificar como positiva la puesta en marcha de este nuevo despacho –que busca ordenar la estructura de uno de los dos grandes niveles educativos que existen en país– dentro del Ministerio de Educación (Minedu).
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Para la Asociación de Universidades del Perú (ASUP), la creación de un viceministerio de educación superior “es burocrático, inconstitucional y vulneratorio de la autonomía universitaria”, además de atentar contra su libertad autorreguladora y de disminuir las capacidades que tiene para consolidar la calidad mediante la acreditación nacional o internacional.
Ada Gallegos, directora ejecutiva de la ASUP, asegura que se trata de una propuesta incompleta y no responde a un diseño integral, porque a pesar que la nueva ley universitaria (Ley N° 30220) involucró al Minedu como ente rector, siete años después de su aprobación no se han incorporado las reformas necesarias en el órgano diseñado como encargado de la responsabilidad de la calidad en la educación, el Sineace.
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“Una dimensión es el licenciamiento y otra cosa es la acreditación, ambas conviven en el marco de las políticas públicas de la calidad de la educación, aún pendientes de resolver, sobre todo por razones políticas más que técnicas”, afirma.
Explica que la Constitución, en su artículo 18, establece la autonomía universitaria (de gobierno, administrativa, económica, y académica), y por esa razón, los organismos autónomos como las universidades, el Banco Central de Reserva o la Contraloría, se autogobiernan y responden ante la ley que crea su control.
“Ellas dan cuenta al Congreso, a las entidades de control y ante las propias instancias que la ley establece, por lo tanto, no requieren ningún ministerio ni viceministerio al cual se sometan o dependan”, añade.
Desde la ASUP también recuerdan que en el Minedu ya existe una dirección de educación superior que “tradicionalmente” cumplió un papel destacado para dirigir ese aspecto en los institutos superiores.
“Lo hizo muy bien y teníamos institutos cumpliendo un buen rol en la comunidad, pero esta dirección se hizo ineficiente cuando le entregan funciones intervencionistas en las universidades públicas y abandona los Institutos, que hoy son ineficientes”, indican convencidos de que esta dirección debe recuperar sus objetivos iniciales.
Por razones como esas, la asociación que agrupa a 47 universidades privadas considera que “un viceministerio de educación superior resulta inoperante, inoportuno, burocrático y con un claro matiz político”.
“un viceministerio de educación superior resulta inoperante, inoportuno, burocrático y con un claro matiz político”
“un viceministerio de educación superior resulta inoperante, inoportuno, burocrático y con un claro matiz político”
TAREAS PENDIENTES
En ese sentido y considerando que existe un compromiso de destinar el 6% del PBI para la educación, la ASUP considera que sí es importante afinar los órganos del Estado para cumplir mejor el nuevo encargo y responsabilidad, sin olvidar que la educación superior está compuesta por las universidades y por los institutos tecnológicos y técnicos.
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“En el nuevo diseño no basta decir que la Sunedu seguirá funcionando, sino qué implicancias tiene ahora para coexistir conjuntamente con un órgano de jerarquía superior que deberá tener participación en la política sobre la educación superior en el país”, señalan.
Por ello sostienen que, actualmente, “la meta del desarrollo del país es desburocratizar la administración pública, fusionar ministerios y no ampliarlos, porque está demostrado que un Estado sobredimensionado como el nuestro, hace daño al país y restringe las iniciativas y propuestas de desarrollo”.