(Por Juan Carlos Odar y Maricielo Garvan) El 27 de junio se celebra el Día de las Micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes), que busca reconocer la importancia de estos negocios en los objetivos del desarrollo sostenible de la Organización Naciones Unidas (ONU). Estas empresas emplean a un gran porcentaje de los sectores más vulnerables de la sociedad, tales como mujeres, jóvenes y personas desfavorecidas. Por ello, la propuesta busca generar consciencia sobre la necesidad de facilitar el acceso a los créditos y a la financiación para estas.
De acuerdo al informe 'Perspectivas de competitividad de las pymes 2019', publicado este miércoles por el Centro de Comercio Internacional (ITC, por sus siglas en inglés), que es una entidad de las Naciones Unidas, en la actualidad, sólo una pequeña parte de los US$80 millones que administran los gestores de activos mundiales se invierte en pequeñas y medianas empresas (pymes) de los países en desarrollo.
►¿Cómo sobreviven las empresas privadas en la Venezuela de hoy?►Lima es la cuarta ciudad de Sudamérica con el costo de vida más caro
Los criterios para clasificar a las empresas por su tamaño varían de un país a otro. En el Perú, se considera una micro empresa a aquella que cuenta de uno hasta diez trabajadores, y con ventas máximas de hasta 150 Unidades Impositivas Tributarias (UIT) (S/630.000). Las empresas pequeñas deben contar de 1 hasta 100 trabajadores y reportar un valor máximo por ventas de 1.700 UIT (S/7'140.000). Por último, la mediana empresa es aquella que registra ventas anuales máximas de hasta 2.300 UIT (S/9'660.000).
¿Por qué son importantes este tipo de empresas?, Según datos del Consejo Internacional para la pequeña empresa de la ONU, este tipo de negocios representan más del 90% del total de empresas, generan entre el 60% y el 70 % del empleo y son responsables del 50% del Producto Bruto Interior (PBI) a nivel mundial.
Según el informe, los principales factores que no permiten generar más oportunidades de inversión hacia las pymes de países en desarrollo son la falta de proyectos de inversión escalables, la poca transparencia de los procesos de inversión, la percepción errónea que existe acerca de los riesgos de invertir en las pymes y la falta de conocimientos sobre capacidad empresarial.
“Un estudio de Mipymes a nivel de países miembro de la APEC hecho por la Universidad de Marshall muestra que el problema más grande que tienen estos negocios es el acceso financiamiento en el Perú. Los grandes inversionistas piden garantías o los bancos solicitan procesos engorrosos para poder obtener el crédito necesario”, indica Omar Guerra, Coordinador del Programa Pyme Peruana al mundo del Comité de Comercio Exterior del Perú (Comex).
Asimismo, Guerra sostiene que la falta de articulación entre las entidades del Estado encargadas de apoyar a este tipo de negocios es crítica. “Las entidades son una isla, no se articulan, no se comunican entre ellas y al buscar un acuerdo de cooperación con empresas muy grandes no suman esfuerzos y cada una lo hace por su lado”, dijo.
En esta edición, el ITC identifica cuatro formas para que los inversionistas, los facilitadores financieros y las empresas puedan formar asociaciones para el desarrollo sostenible enfocándose en el el tema del gran capital para pequeñas empresas:
1. Capital semilla y capital de riesgo para las start ups. 2. El uso de plataformas de recolección de fondos, las cuales pueden jugar un rol en financiar PYMES con modelos de negocio innovadores o a PYMES que se encuentren en lugares remotos.3. Darle mayor escala a la inversión extranjera directa.4. Aumentar el crédito y al aseguramiento de cuerdo al alcance de las PYMES.
Otros gran reto para estos negocios peruanos sería el proceso de adaptación al formato digital con el que trabajan las grandes empresas a nivel global. Con la era digital, los costos ahora son variables y se enfocan en el consumidor final. “Ha cambiado el formato de comercialización. Es difícil que una pyme pueda vender en volumen, pero la nueva tendencia con el comercio electrónico es tener costos variables, trabajar con empresas como Amazon en la parte logística y dirigirse al consumidor final”, sostiene el coordinador del programa de pymes peruanas de Comex.
COMPETITIVIDAD A DETALLELa parrilla de indicadores de competitividad mide 3 pilares de competitividad para 3 niveles de influencia de las PYMES. Así, se estima la posibilidad de competir, conectar e innovar en las capacidades de las firmas, el ecosistema de negocios y en el ambiente nacional.
Entre las nueve dimensiones analizadas, el Perú ocupa una posición intermedia tanto a nivel global como entre las 16 economías de América Latina consideradas. En una escala de 0 a 100, las evaluaciones más altas corresponden a la capacidad de conectar de las firmas (79,2) y de competir del ambiente nacional (74,5); estas, además, reportan una mejora desde el año pasado. Por el contrario, la calificación más baja la obtiene en la capacidad de innovar del ecosistema de negocios (44,9), que además ha decrecido en el último año.
Al desagregar los indicadores comentados por tamaño de empresas, se encuentran diferencias importantes. Por ejemplo, en el caso de la capacidad de conectar, a pesar de que hubo mejoras en todos los casos, las empresas grandes obtuvieron 100 y las medianas 95,3 cuando se trata de disponer de correo electrónico; mientras que alcanzaron 94,3 y 82,1, respectivamente, en lo referido a contar con una página web propia. En dichas dimensiones, las pequeñas empresas alcanzaron 77,8 y 57,4, respectivamente.
¿DÓNDE QUEDA MAYOR MARGEN PARA MEJORAR?El estudio resalta que, en general, las empresas peruanas alcanzan bajas calificaciones en su posibilidad de innovar, pero por distintas razones.
Así, para las pequeñas empresas la principal dificultad proviene de las capacidades de las firmas; en particular de su baja puntuación en la disponibilidad de estados financieros auditados (13,1) lo que limita su capacidad de atraer inversión. En tanto que en las empresas medianas y grandes la traba proviene del ecosistema de negocio, al realizar trámites de licencias y permisos.
En dicha dimensión, las empresas grandes obtienen 17,5; mientras que las medianas, 23,9. En la comparación regional entre empresas grandes, dichas dificultades burocráticas constituyen una fuente notoria del rezago en la competitividad
Adicionalmente, un aspecto con amplio margen de mejora se encuentra en el ambiente nacional, donde se obtiene 12,2 en la aplicación de patentes, aunque el estudio no muestra desagregación de dicho indicador según tamaño de las empresas (ver Gráfico 2).