A golpe de la expresión Haku Wiñay -Vamos a crecer, en quechua- casi 50 mil familias de la sierra y la selva del país han emprendido el camino hacia un cambio sustancial en su calidad de vida, gracias a los alcances que el proyecto “Mi chacra emprendedora - Haku wiñay”, implementado por Foncodes desde el 2012.
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El gran rango que abarca y la eficiencia mostrada en su puesta en marcha hizo que este programa no pase desapercibido. Hace unas semanas, fue galardonado por el organismo Ciudadanos al Día en la categoría “Inclusión Social” del premio “Buenas Prácticas en Gestión Pública”.
Con una labor en 111 distritos en 17 departamentos hasta la fecha y una inversión que alcanza los S/.179.266 millones y que sumará otros S/.83 millones este año, ¿Qué propone este proyecto asistencial?
“El programa nace de experiencias (previas) de desarrollo rural implementadas en el país, enfocado en el mejoramiento del nivel de vida de familias en pobreza y pobreza extrema. [...] La estrategia que prioriza para esto es la mejora de las capacidades productivas de los hogares”, explicó Joselyn Valer Rojas, director Ejecutivo de Foncodes, entidad adscrita al Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis).
El directivo añadió que, en promedio, se invierte alrededor de 1 UIT, unos S/.3.800, por cada familia integrante de Haku Wiñay que será capacitada en un periodo de tres años. Ahora, este dinero es administrado por los núcleos ejecutores, representados por cuatro personas, tres de ellas elegidas mediante asamblea y una por la municipalidad distrital de la zona donde se ejecuta el proyecto.
PILARES DE CAMBIO
Haku Wiñay responde a cuatro ejes en los que basa su ejecución: fortalecimiento de los sistema de producción familiar, mejora de la vivienda saludable, promoción de los negocios rurales inclusivos y desarrollo de capacidades financieras.
En todos los componentes es un Yachachiq -experto local que domina el idioma de la zona- quien capacita a alrededor de 37 familias. Su asistencia los ayuda a diversificar los cultivos, elevar la producción de los mismos -con la entrega de semillas y herramientas- y crear abonos naturales para fortalecerlos. También les abre la puesta al riego por aspersión.
Su asesoría también alcanza al mejoramiento de la vivienda. Las familias aprenden a administrar mejor sus espacios, trasladan a sus animales fuera del hogar e implementan cocinas mejoradas -cuyo costo es cubierto entre la familia y el programa- para retirar el humo de sus viviendas. Su uso ha reducido en un 80% el consumo de leña así como los índices de inhalación de humo, que superaban hasta en 100 veces los límites establecidos.
Con las capacidades productiva ganadas se fomentan los negocios rurales, el tercer aspecto. Se les enseña a diseñar planes de negocios básicos que serán la guía para presentar su proyecto comercial a un concurso rural. La propuesta ganadora es elegida por un comité integrado por organismos locales, representantes de Foncodes, entre otros.
El financiamiento para el plan ganador es de S/.9.193 que va acompañado por asesoría técnica.Por ahora, ya se han efectuado 44 concursos de negocios rurales con 433 ganadores, en los que se ha invertido alrededor de S/.3.980 millones.
Finalmente, se refuerza sus capacidades de ahorro así como su familiarización con productos del sistema bancario. Al trabajar con hogares del Programa Juntos, los pobladores acceden a un bono depositado en una cuenta de ahorros y muchas veces no saben cómo aprovecharlo por desconfianza.
SOSTENIBILIDAD
¿Cómo se asegura la sostenibilidad de un proyecto de gran impacto y presupuesto como este? “La sostenibilidad se basa en que todo el proceso que desarrollamos parte de conocimientos tecnológicos que son adecuados a su realidad. La capacitación que se da hace que las personas se apropien de esta: lo conozcan, lo prueben y lo ejecuten, para que en el futuro, este o no el yachachiq, lo continúen haciendo”, indicó Valer.
Además, al utilizar recursos de la zona e incorporar a los mismos pobladores dentro de las decisiones, se genera un vínculo de confianza para la continuidad de los proyectos. En tanto,también se supervisa y acompaña la labor tanto de los Yachachiq como de los núcleos ejecutores.