El ex titular del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE), Christian Sánchez, consideró que fiscalizar era la principal arma contra la informalidad. Bajo este enfoque, solo se logró formalizar al 0,5% de trabajadores.
En conversación con El Comercio, tres expertos analizan la gestión del ex ministro y la reforma laboral anunciada por el Ejecutivo.
¿Cuál es el balance que hace de la gestión del ex ministro de Trabajo? ¿Qué opina de su enfoque de fiscalizar para formalizar?No hay mucho balance que hacer. Estuvo muy poco tiempo y poco se puede hacer. Su posición no estaba acorde con lo que el Gobierno quiere, lo que le generó varias discrepancias, incluso con el presidente Vizcarra. Sobre la fiscalización, considero que no fue lo correcto. Por ejemplo, la conformación de mesas de trabajo en ciertos sectores y la intención de que los inspectores de trabajo inscriban directamente en planilla a los trabajadores “en negro” no tuvieron aceptación o un objetivo claro.
¿Cuáles son las reformas urgentes en el sector Trabajo?La prioridad debe ser generar incentivos para la contratación formal. Habría que revisar la figura de la reposición en el puesto de trabajo, costos laborales salariales, modalidades de contratación y la actuación de las autoridades judiciales en la aplicación de la normatividad laboral. Debemos tener una Sunafil más preventiva que sancionadora.
¿Qué espera del anuncio de una reforma laboral enfocada en flexibilizar y reducir costos no salariales? ¿Cree que tendrá respaldo político?La legislación laboral requiere una revisión integral, desde las formas de contratación, pasando por la simplificación en el pago de remuneraciones y con la posibilidad de extinguir las relaciones laborales cuando así lo requiera la entidad empleadora con las correspondientes reparaciones económicas o la reposición cuando se traten de derechos fundamentales. La inacción y los discursos formales solo nos han llevado a que la informalidad laboral se encuentre en el 73% y subiendo.
¿Cuál es el balance que hace de la gestión del ex ministro de Trabajo? ¿Qué opina de su enfoque de fiscalizar para formalizar?Uno de los propósitos principales ha sido el fortalecimiento del sistema inspectivo. Esto es relevante en un mercado laboral donde la tasa de informalidad puede llegar hasta 70%. Impulsó la regulación sobre problemas específicos, como el tratamiento de las vacaciones, licencias adicionales por situaciones especiales y las normas que promueven la reducción de diferencias salariales entre hombres y mujeres. Sin perjuicio de ello, quedó pendiente complementar esta regulación.
¿Cuáles son las reformas urgentes en el sector Trabajo?La más importante es el cambio sobre la desvinculación de los trabajadores. Es necesario revaluar los mecanismos actuales de reparación, y que haya también una evaluación a nivel jurisprudencial. La revisión del tratamiento del despido debe pasar también por analizar las causales que rigen actualmente. Tenemos una causal por rendimiento deficiente, pero su ejecución es bastante complicada y engorrosa.
¿Qué espera del anuncio de una reforma laboral enfocada en flexibilizar y reducir costos no salariales? ¿Cree que tendrá respaldo político?Es importante que sea debatida y revisada en la Comisión Nacional de Trabajo. Así, podremos medir el impacto político y social que tendrá, y se sabrá si lo que se debe impulsar es un recorte de beneficios o un ajuste en su entrega. Se debe incorporar a otros actores, como al gremio empresarial y centrales sindicales. Pero para que la ejecución sea efectiva, la propuesta debe ser revisada por la Sunafil y por quienes resuelven los conflictos laborales.
¿Cuál es el balance que hace de la gestión del ex ministro de Trabajo? ¿Qué opina de su enfoque de fiscalizar para formalizar?La lucha contra la alta informalidad, los bajos niveles de productividad laboral y el subempleo por ingresos debieron tener una mayor incidencia en su gestión. La informalidad laboral no se puede combatirse solo con inspecciones. Lo clave debería ser transformar la visión de los peruanos sobre la informalidad, generar incentivos económicos para la formalización y asistencia técnica a las microempresas.
¿Cuáles son las reformas urgentes en el sector Trabajo?Políticas diferenciadas según las categorías: ventajas económicas y administrativas para la microempresa, generar una tecnocracia y cultura de reconocimiento para los estatales, dinamizar el mercado para la gran empresa e incentivar una cultura de aseguramiento para los independientes.
¿Qué espera del anuncio de una reforma laboral enfocada en flexibilizar y reducir costos no salariales? ¿Cree que tendrá respaldo político?Aunque es difícil, aspiramos a que cuente con respaldo político una reforma equilibrada que privilegie el aseguramiento y la productividad antes que la estabilidad. Por ejemplo, una mayor indemnización por despido a cambio de la supresión de la reposición salvo los casos de despido nulo. Estamos entre el 10% de países más rígidos del mundo (WEF), y la globalización exige una regulación dinámica y atractiva para el inversionista.