El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) concretó su primera medida tributaria ayer lanzando cambios en el Impuesto Selectivo al Consumo (ISC). Tal como lo había adelantado en la víspera el titular del sector, David Tuesta, se incrementaron las tasas impositivas que gravan a los cigarrillos, a las bebidas alcohólicas, vehículos, combustibles y bebidas no alcohólicas.
De acuerdo con el MEF, todos los cambios responden a un objetivo común, que es desalentar el consumo de este tipo de productos. La razón es que estos bienes generan efectos nocivos sobre la salud de las personas o sobre el medio ambiente (llamados externalidades negativas). Así, si las personas consumen menos de ellos –agrega– se producirán menos daños en el largo plazo; y menores costos para atender dichos perjuicios.
El segundo objetivo, que fue resaltado por el presidente Martín Vizcarra, es que aumentar el ISC conllevará a una mayor recaudación tributaria; al menos temporalmente.
El MEF estima que este año las medidas aportarán S/1.700 millones a las arcas públicas. Un aporte que tendería a hacerse menor conforme los peruanos dejen de consumir los productos gravados, prevé.
El ministerio subraya que el efecto del ISC será particularmente positivo sobre los jóvenes. Por ejemplo, un 25% de la población comienza a fumar entre los 8 y 11 años; además, 36% de los jóvenes peruanos entre 12 y 18 años consume alcohol regularmente. Como estos segmentos son los más sensibles ante cambios en el precio de los bienes, el MEF espera que los jóvenes sean quienes más dejen de consumir estos productos.
Una preocupación central para las personas es cuánto se encarecerían los productos afectos a estas nuevas tasas de ISC. Si bien el MEF reconoce que es imposible anticiparlo –pues existe un gran número de factores afectando los precios, además del ISC–, sí cree que el impacto macro será muy reducido.
Las mayores tasas de ISC aportarían 0,3 puntos porcentuales a la subida de precios al consumidor en el país. En un contexto en que la inflación es baja (por debajo de la meta del banco central), el ministerio cree que no será un problema.
OBSERVACIONES
Para el ex viceministro de Economía, Enzo Defilippi, los cambios planteados en el ISC van en la línea correcta y complementan las últimas alzas en estos tributos, que se dieron en el 2016.
“Había un par de distorsiones que se corrigen: el diésel, por ejemplo, es el combustible que más contamina y debería pagar más impuesto”,observa.
En cuanto a las bebidas azucaradas –que han estado especialmente en el foco de atención–, el economista advierte que su consumo en exceso genera daños que terminan siendo pagados por todos los peruanos. “La industria podrá quejarse, pero [la subida de ISC] es razonable”, afirma.
No obstante lo positivo, también observa dos detalles que llaman la atención. En primer lugar, cuestionó que poner ISC cero a la importación de camionetas pick-up no tiene sentido, pues estos vehículos cuentan con motores más grandes (normalmente a diésel) y contaminan más; por lo que deberían ser gravados.
Más aun, en el caso del ISC a las bebidas alcohólicas con grado de alcohol menor a 6° (donde entra la cerveza), no hay cambios en el impuesto por litro vendido; y este es justamente el licor que más se vende en el país.
EL DEBATE
Las opiniones respecto de las medidas tomadas son encontradas. Mientras los productores de los bienes muestran su oposición y anticipan perjuicios, otros agentes resaltan lo positivo de la norma.
Por su parte, el presidente de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI), Andreas von Wedemeyer, advirtió que esta medida es negativay golpeará a la inversión privada. A su juicio, el Estado solo está buscando la forma más fácil de mejorar la recaudación y genera desconfianza con medidas “no transparentes y no planificadas”.
Si bien reconoce que el objetivo del ISC es corregir externalidades negativas, opina que el Gobierno lo está usando con otros fines.
En tanto, la Cámara de Comercio de Lima (CCL) coincidió con que las medidas dañarían la actividad económica del país y, además, prevé que serán contraproducentes para la caja fiscal.
“La subida del ISC va a producir un efecto contrario al deseado. El Estado tendrá una menor recaudación fiscal y se tendrá una migración del consumo de bebidas alcohólicas del mercado formal hacia las del mercado informal”, aseguró el gremio.
En respuesta a ello, Defilippi recuerda que, cuando los precios han subido por razones de oferta, no hubo mayor contrabando como respuesta.
“La industria no puede argumentar que más impuestos generan contrabando, así como las subidas de precios no generan contrabando”, observa.
En tanto, Héctor Plate, presidente del Organismo Peruano de Consumidores y Usuarios (Opecu), consideró que la medida es bienvenida porque vela por la salud humana.
“Como consumidores no somos quién para saber si esto va a causar problemas empresariales, pero entendemos que ello ayudará como un componente más en la lucha para evitar que la salud se deteriore”, explica.