Un día antes de Nochebuena, mediante el Decreto Legislativo 1278, se aprobó la Ley de Gestión Integral de Residuos Sólidos. La norma plantea una reforma sustancia a la regulación existente: incorpora la figura de descarte y da pie a su transformación y comercialización directa.Follow @EconomiaECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
La actual ministra del Ambiente (Minam), Elsa Galarza, investigó el tema en terreno como economista investigadora. En esta entrevista explica cuáles son las bases e incentivos que propone la ley para crear un mercado del descarte en el Perú.
¿Cuáles son los cambios que propone esta ley?Esta ley nos pone en el top de países de América latina en manejo de recursos. Porque definimos al material de descarte, ya no como residuos, lo que implica poder procesarlos. Antes había que contratar a una empresa prestadora de servicios para poder movilizarlos. Hoy si una empresa establece como material de descarte sus subproductos, los puede comercializar directamente. Eso va a dinamizar de nuevas industrias de coprocesamiento y uso de material. Eso es importante para generar la cultura del reciclaje, que abarca a empresas y consumidores.
¿Cuánta inversión requiere para poder aterrizarse?De la noche a la mañana no se esperan resultados, porque hay que trabajar varios aspectos. Cuando llegamos al ministerio, encontramos 11 ciudades que tenían 22 rellenos sanitarios en el país, con una producción de 1 kilo de residuos por persona. De las más de 1.800 que manejan residuos sólidos, de las vamos a focalizarnos en 250. Esto requiere inversión. Somos conscientes de que el gobierno no va a poder generarla. En 2016, sacamos 3 inicios de obra de rellenos sanitarios en 31 ciudades, para lo cual tenemos un proyecto del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la cooperación japonesa (JICA, por sus siglas en inglés) por US$100 millones. Esperamos en 2017 acabar con este proceso. Sin embargo, hemos comenzado a trabajar en un nuevo financiamiento para 25 ciudades por US$100 millones, que también incluye equipamiento.
¿Cómo involucrarán al sector privado?Sabemos que el financiamiento público no va a ser suficiente. En algunas ciudades, no hay suficiente basura, por lo que vamos a juntar ciudades para que sea atractivo. Cada ciudad no tiene que tener un relleno. Este puede estar en un lugar donde sea atractivo a la inversión privada. Vamos a trabajar con obras por impuestos y asociaciones público-privadas. Estamos creando un esquema de finanzas ambientales que permita atender las necesidades de financiamiento del Minam.
¿Se creará una nueva categoría en la ley de obras por impuestos?Es una posibilidad. Además, esta ley deja abierta la posibilidad de que las municipalidades hagan acuerdos para el cobro del servicio de recojo de basura. Muchas municipalidades tienen el problema de que la gente no paga. Así, se le da la facilidad al poblador de cobrar.
¿Cómo se va a promover la inversión en toda la cadena de residuos sólidos?Esta ley nos da el marco para trabajar el tema en los próximos años. No sólo va a promover las asociaciones o el mecanismo de obras por impuestos para rellenos sanitarios. También va a permitir formalizar empresas. Hay pequeñas empresas de mujeres que se reúnen para trabajar en reciclado, a las que les permite generar negocios y contar con un ingreso familiar. Eso va a ser muy poderoso porque vas a trabajar por el ambiente y generar empleo.
Usted trabajó en la elaboración de la Estrategia de Crecimiento Verde, que entre otros temas, buscaba cuantificar el impacto en generación de empleo verde. ¿Cuánto empleo podría generar esta ley?Estamos trabajando en la cuantificación del impacto, pero cada ciudad es diferente por el volumen de residuos que maneja. Pero esta va a ser un hito importante en gestión ambiental. Además, está enmarcada en una estrategia de cambio climático. Si tenemos rellenos sanitarios, estamos contribuyendo a reducir las emisiones de metano. Esta estrategia tiene beneficios directos de formalización, para la salud y el ambiente.
¿Qué tipo de empleo generará?Las empresas recicladoras de botellas tienen de 10 a 12 personas a tiempo completo cada una. Imagínate la métrica que puedes hacer, considerando que se generan 30 millones de kilos. El material que hay para reciclar es inmenso.
¿Cómo se van a regular los precios de los materiales de descarte?Es un mercado libre. Lo que estamos haciendo es pasar de una economía subterránea, del carretillero, a ponerlo en valor.
¿Usarán algún mecanismo de transparencia de precios como en el agro?Es un esquema de mercado. No hay por qué manejar precios. Lo que estamos haciendo es dar las reglas de juego claras y el planteamiento de cómo se pueden tratar los residuos. Eso va a generar su propio mercado.
¿Qué incentivos van a dar para que se formalice este mercado?Acá se abre la oportunidad de trabajar los incentivos con los ministerios de la Producción y Economía y Finanzas. La idea es dar algún incentivo en tecnología, innovación, entrar a programas específicos de apoyo para comprar infraestructura u obtener créditos. Así, una empresa va a poder ver que es necesario. Por eso, es necesario crear un sistema de finanzas ambientales. Estamos pensando reestructurar el Fondo Nacional Ambiental (Fonam) para que sea el vehículo para canalizar el financiamiento para agua, residuos sólidos y la remediación ambiental. Hay mucha cooperación externa, pero creemos que se manejó de forma un poco desordenada. Estos fondos servirán para articular programas que apoyen a estas empresas.
¿Cómo involucrará al sector retail?Estamos trabajando con ellos. Este año vamos a tener campañas en reducción de bolsas de plásticos. Hemos tenido una muy buena recepción de parte del sector privado. Pero también hay un tema de educación ambiental. Minam también tiene el encargo de la educación comunitaria: cómo los espacios públicos deben educar sobre residuos. Lo que se ha visto en las playas del norte nos dice que tenemos trabajo por hacer. Además, hay que ver lo que hace el propio ciudadano. Es decir, esto no solo tiene que ver con crear los instrumentos, sino de educación que hemos dejado muy de lado.
Además de la reducción de uso de bolsas de plástico, ¿qué otras prácticas deberá adoptar el sector consumo?Esta ley nos permite trabajar estos temas, porque habla de la responsabilidad extendida del productor. Esto es gradual, pero lo que se trata de hacer es que desde que el productor diseña su producto esté mirando cómo va a hacer que regrese al ciclo. Ahí se abren muchas oportunidades: uno puede pagar centavos por el producto final, tener lugares específicos para disponer la basura. La idea es promover este tipo de prácticas como también el de empaques. La practicidad nos hace usar plástico, pero este demora entre 100 y 700 años en degradarse. Hay que poner en la consciencia de la población que hay que reusar. Es un proceso. Estoy segura que el empresario peruano al leer la ley vea que se abren una serie de oportunidades que junto a los incentivos que vamos a proponer va a generar un mercado. Esto tendrá dos impactos: mayor empleo y un ambiente más sano.
Además se busca la valorización energética de los residuos. ¿Qué proyectos de este tipo impulsarán?Sin duda, el tema energético es importante. Muchas de las empresas en Lima donde los rellenos sanitarios son grandes se puede usar el metano para generación eléctrica. Estos son proyectos de escala pequeña para zonas (específicas) y es una oportunidad interesante para áreas rurales que no tienen esa posibilidad. Abre la oportunidad para que el residuo sólido se vea como una materia prima, que puede tener muchos productos finales. Se puede usar para hacer compost, para mejora de campos. Si miras la ley, los residuos casi no son residuos.
En Perú, existe una capacidad de reserva eléctrica de 40%. ¿Cuál es el incentivo? Nuestro país es tan diverso que no todo el país se puede conectar a la red. Donde esto no es posible, es necesario generar energías alternativas. La solar es una de ellas, que tiene mucha perspectiva por la reducción de precios. En la selva, para instalar plantas de tratamiento de agua potable, la idea es instalar plantas de energía solar. A partir del próximo año, en 2017 y 2018, se van a dinamizar mucho estas industrias ambientales, porque la tecnología está a un nivel de precio tal que permite incorporarlas masivamente.
¿Cuál es interés concreto en la inversión en plantas de energía eléctrica a partir de metano?Va a depender de la inversión privada, de las oportunidades que haya para que sea negocio. Lo que hacemos nosotros es abrir la oportunidad para que se desarrolle el mercado.
¿Cómo involucra a los pasivos ambientales?No los toca.
Pero sí a los lodos de plantas de tratamiento.Sí, porque las plantas de tratamiento siempre se llenan y hay que sacarlos para que la capacidad de procesamiento se mantenga. Antes de la ley, eran considerados tóxicos, pero no tienen nada de peligrosos. Se ha trabajado con los técnicos y se los considera ahora residuos normales. Se corrige la norma.
Teniendo en cuenta su experiencia profesional economista e investigadora, ¿cuál es su agenda personal?La ventaja que he encontrado es que muchos de los temas que he investigado directamente son aquellos en lo que tengo la posibilidad de hacer algún tipo de acción concreta en temas regulatorios. He trabajado temas de cambio climática. Sé las barreras en otros sectores o cuál es el problema. Desde el punto de vista del Minam, ahora tengo la posibilidad, que habiendo conocido e investigado de primera mano, puedo hacer cambios. Esto no es un trabajo de escritorio. Es un trabajo de acción.